En medio de un esquema de mucha presión, uno de los principales involucrados en el esquema de corrupción, lavado de dinero y la circulación de mucha propina, el expresidente de la Odebrecht, Marcelo Odebrecht, no pudo soportar el excesivo peso de la culpa que se pone sobre sus hombros y, en un ataque de nervios juega en el ventilador de nuevos hechos que pueden poner debajo de toda una estrategia minuciosamente preparada por sus abogados para tratar de salvar lo que queda de la empresa de la propia familia y para tratar de liberar la piel de mucha gente, incluso, su propio padre.
Acostumbrados a una personalidad muy discreta y compostura, los abogados que acompañan a las investigaciones de la Lava Jato, incluso el progreso de la llamada delación premiada que está siendo montada por el exdirector de la contratista, tomaron un verdadero susto al ser sorprendidos por la actitud inesperada de su cliente.
Según un reportaje publicado por la revista Ver en el último día 31 de diciembre, Marcelo Odebrecht dio señales de que no está dispuesto a sacrificarse prácticamente solo por todos los delitos cometidos por la empresa, en una maniobra bien planificada de su defensa para mantener a los demás ejecutivos aún ocupando los mismos cargos y, así, la misma continuar en activo para preservar el negocio de la familia.
Él dio pruebas cabales esta su cambio de comportamiento, por delante de la propia hermana, Mónica, y los abogados de la Odebrecht, Adriano Maya y Theo Días y en plena interlocución con los investigadores de la #Lava Jet, acusó a su propio padre, Emilio Odebrecht, de ser el responsable directo de tratar de todos los tema relacionados con el propinoduto con el propio Lula. En un arrebato inesperado, acusó el ex-presidente de nunca tenido afinidad con él.
Las declaraciones inesperadas y fuera del guión ya trazado dentro de la propia Odebrecht han actuado como una verdadera bomba que, se presume, haber llevado por los aires una de las principales estrategias para mantenerse de pie con la espina dorsal del principal socio de los sucesivos gobiernos pietistas. Además, la actitud del ex-ejecutivo expone públicamente una relación filial bastante apretada entre el padre y el hijo.
A partir de este hecho, el principal heredero del grupo Odebrecht aún no ha tomado conciencia, que terminó sellando su destino final y definitivo, bien lejos del puesto de mando el mié estaba acostumbrado hace algún tiempo. Queda por saber aún si ante tal revelación, ¿cuáles serán las consecuencias para el rumbo de las investigaciones y de un nuevo nombre que se encuentra en el interior del esquema: la del padre, Emilio Odebrecht.
