Hato Mayor.- Como una sucursal del infierno consideró el senador Rubén Darío Cruz la carretera que comunica a esa ciudad con El Valle y Sabana de la Mar, al tiempo de proclamar que el ministro de Obras Públicas, Víctor Díaz Rúa, es enemigo de Hato Mayor.
Recordó que en el último Consejo de Gobierno, celebrado en club de Leones de Hato Mayor, el presidente Leonel Fernández, instruyó a Díaz Rúa erogar 10 millones de pesos mensuales, para terminar la carretera, pero que este mandato ha sido desoído por el ministro, quien cierra a las puertas de su despacho a los funcionarios locales, cuando van a reclamar se agilice la obra.
Sostuvo que el tránsito es casi imposible en vehículos, por los grandes derrumbes y agrietamientos que afectan la vía de unos 45 kilómetros de extensión.
Denunció que debido a la apatía del ministro de Obras Públicas, las fuerzas vivas de Sabana de la Mar, están anunciando un paro general de actividades en el costero municipio para el próximo jueves.
“No apoyamos los métodos de lucha violentos, pero sé que la demanda de los sabanalamarinos es justa, porque la carretera dará pie al verdadero desarrollo de aquel apartado y olvidado pueblo, perteneciente a la provincia de Hato Mayor”, indicó Rubén Toyota al participar en un espacio de radial en esta ciudad.
Recordó que Víctor Díaz Rúa le reclamó porque denunció delante del presidente que los trabajos de la carretera estaban paralizados, porque los 10 millones de pesos que ordenó el mandatario no estaban siendo erogados.
“Realmente el transito por la carretera es una odisea, es como una sucursal del infierno en la tierra, el estado deplorable que presenta la vía”, significó el congresista reelecto en el cargo.
Lamentó que por la apatía del ministro de Obras Públicas, los sabanalamarinos tengan que recurrir a una paralización de sus actividades, “cuando los trabajos de la vía debieron haber concluido para esta fecha”.
La carretera Hato Mayor-Sabana de la Mar fue aperturada por vez primera en 1926, durante el gobierno de Horacio Vásquez y hasta la fecha ha recibido varias reparaciones, siendo la última en 1990 en el gobierno de Joaquín Balaguer, que la aplicó asfalto en los 45 kilómetros de encurvada vía.