Exposición recoge los 125 años de historia del automóvil

Berlín.- La vertiginosa historia del automóvil desde que hace 125 años se presentó la primera patente en Alemania es el objeto de una sorprendente retrospectiva en Berlín, que acoge motos de madera, coches eléctricos y espectaculares antigüedades.

La muestra, que fue inaugurada hoy y abrirá mañana sus puertas al público, cuenta con 33 grandes vehículos y decenas de pequeños objetos y curiosidades en un edificio del complejo del Museo de la Técnica de Berlín de 1.400 metros cuadrados de superficie.

"Hemos esperado mucho para poder realizar esta exposición sobre los medios de transporte. No se trata sólo de automóviles, tenemos también bicicletas, motocicletas y otros vehículos únicos", explica Lutz-Ulrich Kubisch, comisario de la exposición "Personas en marcha: en camino con coches y demás".

Agrega que esta retrospectiva incorpora un importante número de piezas únicas de diferentes marcas, vehículos históricamente relevantes, avances de época, innovaciones así como sonoros fracasos y alguna que otra notable excentricidad.

En la primera sala de la muestra se encuentra un espectacular Benz blanco descapotable de casi cinco metros y medio de largo en el que, antes de la I Guerra Mundial, el embajador imperial alemán en Reino Unido, el príncipe Karl Max von Lichnowsky, se paseaba por Londres.

Esta impecable maquinaria alemana, símbolo del entonces creciente poderío económico e industrial germano, devoraba unos 25 litros de gasolina a los cien kilómetros y, con sus 50 cv, alcanzaba los 90 kilómetros por hora.

"El mundo de la conducción genera mucha emoción. Ver estos vehículos produce sentimientos maravillosos", aseguró en la presentación de la muestra el alcalde de Berlín, Klaus Wowereit.

Un poco más adelante se encuentra uno de los tres únicos ejemplares que quedan del conocido como "avión de alas truncadas", un vehículo de la marca Grade-Wagen fabricado en 1922 cuyo chasis, de una aerodinámica naif, asemejaba al de una avioneta.

Entre los modelos que ocuparon una discretísima página en la historia del automovilismo, la muestra rescata el Ford Berliner, un prototipo eléctrico de 1968, y el Amphicar, un vehículo anfibio alemán de 1962 que quiso ser coche y barco a la vez y del que tan sólo se construyeron 3.878 ejemplares por su alto coste y la escasa de demanda.

La exposición cuenta asimismo con otros vehículos como el "feo pero práctico" 2 cv francés, el "incombustible" e icónico Volkswagen Escarabajo o el deportivo más vendido de todos los tiempos, un Jaguar E-type de 1973 del que se llegaron a vender 72.529 unidades.

Un lugar especial en la exposición del berlinés Museo de la Técnica está reservado al primer vehículo patentado con un motor de explosión: un curioso y rudimentario ciclomotor con dos ruedas grandes y otras dos pequeñas de apoyo y un chasis de madera.

Este artefacto fue fabricado en 1885 por Gottlieb Daimler y Wilhelm Maybach, dos reconocidos pioneros alemanes del mundo de la automoción, y con sus 0,5 cv alcanzaba los 12 kilómetros por hora.

La muestra dedica un apartado especial a los vehículos eléctricos y subraya que a principios del pasado siglo en Alemania hubo un tiempo en el que circulaban más vehículos movidos por electricidad que por gasolina.

En este contexto, la muestra exhibe un Fiat 500 -primo italiano del Seat 600- que fue modificado por universitarios berlineses en los años 60 para funcionar con un tanque hidráulico y una batería, y un vehículo pesado totalmente eléctrico que sirvió en la lonja de Bremerhaven (noroeste de Alemania) durante medio siglo.

Además, la exposición cuenta con algunos detalles, como una serie de motores de explosión de distintas épocas, sistemas de seguridad, varias gafas de aviador que empleaban los primeros conductores o una distinguida gorra de chófer.

"Hemos incorporado detalles a esta exposición, anécdotas y curiosidades, que no se podrían encontrar habitualmente en un museo del motor tradicional", añade Kubisch. EFE

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