La historia de sobreviviente Síndrome de Guillain-Barré

Nahuel Ponce vive en Rosario, tiene 21 años, juega al fútbol, trabaja, está en pareja y tiene una hija de 1 años y tres meses. Pero en 2008 debió superar una grave situación que jamás imaginó: contrajo el extraño virus de Guillain-Barré, el mismo que afecta a Martín Renzacci, el argentino internado en Australia.

«Mi hijo hacía una vida normal, salía y jugaba al fútbol como cualquier otro chico. Una mañana se levantó y me dijo que tenía las manos y los labios dormidos. Pensamos que era el comienzo de una gripe, y se quedó en la cama. Pero como no mejoraba lo llevamos a un sanatorio donde después de hacerle análisis nos informaron que tenía hepatitis», contó Mirta, la madre de Nahuel, al portal La Capital.

Luego de este primer diagnóstico, el joven, que por entonces tenía 18 años, volvió a su casa con las indicaciones correspondientes. Pero horas después comenzó a sentir dolores en los músculos, por lo que su familia llamó al médico de urgencia. «Estaba mal, tenía todo el cuerpo frío… El especialista que lo revisó nos dijo que el problema era neurológico y había que trasladarlo en forma urgente. Al sanatorio lo llevamos alzado», dijo la mujer.

En esta segunda visita al médico, le comunicaron a Mirta que Nahuel había contraído el extraño Síndrome de Guillain-Barré, por lo que fue trasladado al Hospital Centenario, ya que no contaban con obra social.

Nahuel pasó 44 días conectado a un respirador artificial, y llegó a pesar 33 kilos con 1,70 metros de altura. Tuvo dos paros cardíacos y su pronóstico no era alentador.

«Además de que tenía que masajearlo todo el tiempo para que no se le entumecieran las manos, yo sabía que él me escuchaba, que necesitaba de nuestro amor, de nuestras palabras y del apoyo permanente», relató Mirta, al tiempo que agregó: «El día 45 hizo una mueca y juro que no puedo explicar lo que sentimos. Mi hijo estaba volviendo y, aunque siempre tuvimos esperanza de que saliera adelante, las cosas se habían puesto muy difíciles en un momento».

Por su parte, Nahuel contó que tiene siempre presente lo que sufrió en ese momento. «Me acuerdo de todo lo que me pasó… de los dolores, el hospital, la terapia intensiva, el respirador…», dijo.

Pero lo peor para él vino después de que le dieron el alta. «Cuando salí de la internación pensaba que ya estaba, pero ahí vino la parte más brava, al menos para mí. Fueron ocho meses de ir a Ilar (Instituto de Lucha Antipoliomielítica y Rehabilitación del Lisiado) de lunes a viernes. La verdad es que es fácil bajonearse, es todo muy lento, y yo estaba en una etapa de mi vida donde no esperaba algo semejante», contó el joven.

Ya recuperado, Nahuel y su madre lanzaron un mensaje de esperanza a la familia del argentino que se encuentra internado en Australia, afectado por este raro mal. «Me gustaría decirle a la familia de Martín Renzacci que no baje los brazos, que aún en el peor de los casos se puede salir adelante. Y que confíe en los médicos y también en el apoyo de todos los seres queridos porque el amor puede ser el remedio más potente», concluyó Mirta.

Qué es el Síndrome de Guillain-Barré

Carlos Balario, médico neurólogo y miembro de la Fundación Rosarina de Neurorehabilitación, explicó que es  «una enfermedad que afecta a un reducido número de personas y que no es contagiosa».

«Se trata de un síndrome que provoca debilidad muscular de manera progresiva en más de una extremidad. Es una enfermedad autoinmune. Esto quiere decir que el sistema inmunológico, encargado de defender al organismo, agrede en este caso a la mielina, que es la sustancia que recubre los nervios, provocando una debilidad aguda que, en los casos más severos, puede afectar el sistema respiratorio», agregó.

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