A pesar de que el piloto británico de 26 años ha sido cuestionado por su comportamiento dentro de la pista y en sus declaraciones fuera de ella, “le pese a quien le pese”, hay que reconocer que es uno de los mejores pilotos del mundo. Quizás, muchos le infravaloren por su manera de ser, por los conflictos que tuvo con otros pilotos en el pasado o porque realmente llegaron a pensar que McLaren pagó a Timo Glock por dejarse pasar en la última vuelta durante el Gran Premio de Brasil de 2009. Dejando aparte las distintas opiniones de cada uno, la realidad es bien clara cuando nos referimos a Lewis Hamilton como un piloto que se ha ganado su futuro con su propio pulso. Fue abriéndose paso y ganando en todas las disciplinas que participó, como en la Fórmula Renault Británica, la Fórmula 3 Euroseries y la GP2. Su estilo de conducción ha propiciado a veces errores bastante aparatosos, una circunstancia que se lleva a cabo por la pasión a la velocidad y al riesgo.
No sé por qué me gusta, pero siempre ha sido así. Me gusta el riesgo. No quiero poner a otros pilotos en peligro, pero me gusta ir un poquito más allá. Creo que, en cierto modo, arriesgar en algunos circuitos es lo que separa a los corredores rápidos de los que no lo son tanto.
Declaraba el campeón del mundo Lewis Hamilton en respuesta a los que piensan que es un piloto temerario y desleal con sus compañeros de oficio. El británico confiesa que le hubiera encantado competir en la Fórmula 1 del pasado, cuando los pilotos sometían su vida a más riesgo del que hubieran deseado. Lewis es consciente que muchos pilotos de la parrilla no compiten bajo la misma opinión, una circunstancia que según él diferencia a los pilotos rápidos de los que no lo son. El piloto de McLaren expuso el ejemplo del ex piloto David Coulthard, comentando que el escocés prefería guardarse unas décimas en el bolsillo a cambio de volver a ver a su hijo el día de mañana.
Normalmente, los pilotos mayores que tienen familia, siempre tienen algo más que perder. David Coulthard me dijo que cuando tuvo a su hijo, no quería correr riesgo alguno, porque prefería asegurarse que vería a su niño al día siguiente. Quizás eso sea lo natural. Todavía soy joven y no estoy en posición de asegurar que cuando tenga familia eso me ocurrirá a mí o no. Aún me queda mucho por recorrer. En general, en las carreras existe una línea muy fina entre lo agresivo y el poner la vida de otros pilotos en peligro.
Con estas declaraciones Lewis Hamilton intenta justificarse en referencia a la cierta fama que le ha perseguido por ser un piloto demasiado agresivo y peligroso. Hamilton asegura que el respeto y la lucha con los demás participantes durante la carrera siempre será leal, sin embargo, declaró que nadie está exento de cometer un error o de estar involucrado en un desenlace natural de la propia competición.
Justamente esa línea es la que nunca he querido sobrepasar. Pero en el automovilismo hay momentos en que, a 200 kilómetros por hora, las ruedas se tocan. Siempre hay toques y eso es algo que va a ocurrir en todo momento. Sé que existen algunos comentarios de ciertos pilotos, que dicen que conduzco agresivo, pero creo que todo consiste en encontrar el equilibrio. Yo no estoy aquí para arruinar la carrera de nadie, solo estoy aquí para intentar ganar, y creo que esa es la mejor manera para hacerlo. Si soy demasiado agresivo y me investigan por ello, como sucedió en Mónaco, es normal. Pero no cambiaré mi conducción, porque es parte de mi vida y es así como siempre lo he hecho.
Hamilton lo dijo en su día, “mi intención e ilusión es emular a Ayrton Senna”. Bajo mi modesta opinión, es indudable que ningún piloto de la Fórmula 1 debería ser comparado nunca con el piloto brasileño. Indistintamente de la calidad, de las condiciones o de la época, no me parece ético ¿Sería lo correcto justificar que piloto era el mejor entre estos? Fangio, Novulari, Clark, Senna, Schumacher… Sin embargo, se puede exteriorizar como resultado la velocidad, la tenacidad, determinación o los límites que llevan a cabo ciertos pilotos como objetivo para distinguirse del resto. Lewis Hamilton es un ingrediente indispensable en la Fórmula 1 y estoy seguro de que muchos pilotos envidian el pilotaje del piloto británico.
Una conducción que a veces resulta eficaz y que en otras, sin embargo, ocasionará errores por lidiar sobre los límites. El riesgo significa que cuando un piloto asume bajo su propia responsabilidad el hecho de pilotar sin medio y compaginando la adrenalina y la pasión para hacer frente a los límites que, para bien o para mal, siempre estarán contiguos al monoplaza de cualquier piloto.
El hecho de alcanzar el sueño de competir en la Fórmula 1 te hace participe de este tipo de riesgos, aprovechar el momento y disfrutar de cada carrera como si fuese la última. Ese es el estilo de Lewis Hamilton, rápido y adrenalínico en cada ocasión que decide cruzar más allá de la raya. Supongo que lo importante será intentarlo, pues este criterio será la única oportunidad que tengas de diferenciarte del resto.