Más pan y más Danilo.

En las ciudades y los campos de toda la geografía nacional, reina un descontento  total con el desempeño del gobierno peledista de Leonel Fernández y Danilo  Medina. Esto se evidencia en  el estancamiento de la candidatura oficial, admitido  por el propio presidente en la ciudad de  New York,  al confesar ante sus conmilitones  de  que estaban en desventajas frente al candidato del PRD;  pero que esto podría revertirse con el uso de unos  cuarenta mil millones de pesos,  con  los  cuales se asfaltaría medio país y distribuyendo además unas treinta mil raciones alimenticias; ya que según sus tácticas,  toda donación es bienvenida y mucho más  si estas dadivas humillantes llegan en plena campaña electoral para procurar empujar la candidatura del gobierno. En un país de instituciones solidas, estas declaraciones causarían tal revuelo que provocarían la renuncia inmediata del presidente, pero aquí Leonel ha hecho lo que le ha dado su sagrada voluntad.

Leonel vuelve a aplicar la política de «pan y circo», consistente en «regalar» comida, para procurar de esta manera mantener cautivo al pueblo votante. Esta práctica, que era usada por  los emperadores romanos en la antigüedad, la inició Julio César  quien acostumbraba  a distribuir el trigo gratuitamente entre la plebe. Esto se registra por el año 140 antes de la era cristiana. Aurelio, tiempo después «beneficiaba»  con dos panes gratuitos diarios al pueblo a cambio de silencio, servidumbre y sumisión.

Espurio  Melio, fue un ciudadano muy acaudalado, que pretendió apoderarse del trono romano  por medio de su fortuna, que le permitía comprar trigo y repartirlo entre los hambrientos para retorcer su voluntad. Hoy Leonel Fernández,  el ultimo de los «césares» dominicanos, tiene los cojones de declarar que con los dineros del pueblo comprará la voluntad de los electores dominicanos a cualquier precio, por que él, sabe que no vale la pena invertir todo esa millonada en educación, ya que como dijera el preferido profesor del gran Bolívar,  Simón Rodríguez de que:»Quien nada sabe, cualquiera lo engaña y quien nada tiene, cualquiera lo compra».

Para el próximo veinte de mayo; la suerte esta echada. Cogeremos las funditas, el cemento, las varillas, el zinc y los mil pesos y no podrán comprarnos la conciencia. Estamos hastiados del descaro de este carajo a la vela, que se ha llegado a creer, que, en este maldito país el es el chivo que más mea.. Que recuerde bien; a quien llamaron «el jefe» por más de 30 años, terminó como un chivo, en el maletero de un carro.

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