Que una empleada de quinta categoría del Palacio Nacional intente, con la anuencia de su jefe inmediato, denigrar el trabajo de los periodistas que cubren la fuente, deja mucho qué decir. Hay que ponerle coto a eso…
Que una empleada de quinta categoría del Palacio Nacional intente, con la anuencia de su jefe inmediato, denigrar el trabajo de los periodistas que cubren la fuente, deja mucho qué decir. Hay que ponerle coto a eso…
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