El comunismo no funciona porque a la gente le encanta poseer porquerías. No te comas la nieve amarilla. Si quieres acostarte con chicas acude a la universidad; si quieres educarte, entra en una biblioteca. Con la de grandes frases que dijo Frank Zappa, resulta que la que más ha trascendido ha sido la pelotudez esa de que escribir sobre música es como bailar sobre arquitectura. Discutir sobre el amor tal vez sí sea como bailar sobre oceanografía. Hablar de sexo es, sin duda, como bailar sobre ingeniería agrónoma y debatir sobre política, al menos en este país donde la gente opina incluso sobre la construcción de una rotonda –más que los aeropuertos, las estaciones de AVE o las piscinas municipales, lo que nos metió en Europa fueron las malditas rotondas: Uganda tiene cruces, España rotondas, fin de la discusión- es como danzar sobre física cuántica. Pero escribir sobre música es mucho peor que bailar sobre todo eso antes mentado. El mundo es un enorme flashmob y muchos tenemos demasiadas agujetas de tanto correr como para ponernos ahora a bailar. A quién le importa si el rey va desnudo cuando la nevera está vacía.
Hoy toca divagar un pelín sobre esto y luego ver qué libros nos recomiendan y qué libros les gustaría que se escribieran ciertos personajes seleccionados…
