Luego de seis años sin ganar una corona y de dos consecutivos perdiendo la final frente a los Leones, las Águilas Cibaeñas consideran que ya está bueno y que llegó la hora de quedarse con el título.
Esta noche, las Águilas reciben a los Tigres del Licey en su nido de Santiago, en el inicio de otro recorrido hacia la serie final y su corona 21.
El debutante gerente general, Stanley Javier, está muy consciente que en esta temporada su equipo debe realizar el último out del torneo o anotar la carrera decisiva para ser campeón.
Desde el inicio del torneo, el presidente Quilvio Hernández, anunció que un asunto primordial en su incipiente gestión era procurar la identificación de sus jugadores con la causa amarilla y tras la clasificación lograda al Round Robin dio un importante primer paso para ello.
En la recién concluida serie regular, la producción de ofensiva y pitcheo de las Águilas no se limitó a uno o dos jugadores, de hecho, fueron varios los aguiluchos que tuvieron méritos para ser escogido como más valiosos dentro del equipo: Rafael Ynoa (.333) ganó el liderato de bateo, Zoilo Almonte logró excelentes números (.316, 4 Hr, 10 dobles y 20 remolques), Juan Lagares bateó .342 en más de media temporada, Juan Carlos Pérez y Danny Santana fueron vitales en muchas de la victorias; la cuota proporcionada por sus lanzadores abridores fue muy sustancial ya que entre todos alcanzaron 16 triunfos: Ángel Castro y Lorenzo Barceló obtuvieron cuatro triunfos cada uno, en fin, el esfuerzo colectivo fue el factor principal para llegar a post temporada.
Los aguiluchos finalizaron el tramo regular con el mejor récord de la liga 31-19 (empatados con Leones) y dominaron importantes categorías ofensivas como: bateo (.274), hits (477), jonrones (36), dobles (104), remolques (208), anotadas (237), slugging (.405), ops (.732) y estafas (55).
Las Águilas ya no cuentan con Mike Bianucci (5), Dan Black (5) jonrones, ni tampoco con Lagares, no obstante, fortalecieron su escuadra con el sorteo de jugadores realizado a principio de semana. La escogencia del relevista Marcos Mateo resuelve una gran incógnita con relación al cerrador; lo mismo se podría decir en torno a la profundidad que lograron en los jardines tras las selecciones de Ricardo Nanita y Joey Terdoslavich -quien puede jugar en la inicial-, que unidos a Almonte (.316) y Pérez, dan seguridad a la tropa de Félix Fermín.




