El Gobierno venezolano y la oposición preparan una reunión

Una reunión entre el presidente socialista de Venezuela, Nicolás Maduro, y el líder opositor Henrique Capriles el lunes podría abrir espacios para el fin de la reciente violencia política que ha causado al menos una decena de muertos y cientos de heridos.
 
Maduro, el heredero político del fallecido líder izquierdista Hugo Chávez, convocó para el lunes a un encuentro de autoridades regionales en el palacio de Gobierno después de más de dos semanas de protestas opositoras que se han extendido a por los menos 13 de los 23 estados de la nación sudamericana.
 
Capriles, ex candidato presidencial y actual gobernador del estado de Miranda que alberga a buena parte de la capital, dijo durante un discurso el sábado ante miles de partidarios que irá a esa reunión en el palacio de Gobierno a expresar las demandas de la oposición.
 
«Lo mismo que diremos hoy lo diremos el lunes en el Palacio de Miraflores. El lunes vamos a defender los derechos de las comunidades», dijo el gobernador levantado la ovación de la multitud.
 
Maduro, por su parte, respondió ante una masiva concentración de partidarios del Gobierno en el centro de la ciudad: «Bienvenido, gobernador (…) ahí vamos a hablar».
 
Desde principios de febrero, decenas de miles de venezolanos han salido a las calles a protestar contra la alta inflación, la escasez de productos básicos y la inseguridad de la que culpan al presidente.
 
Las protestas, muchas de ellas lideradas por jóvenes estudiantes, en muchos casos han devenido en violentos choques con fuerzas de seguridad y grupos rivales de partidarios del Gobierno en el dividido país de 29 millones de habitantes, así como en bloqueos de calles en bastiones opositores.
 
Maduro afirma que las protestas forman parte de una conspiración de adversarios «fascistas» que buscan derrocarlo, siguiendo la línea de un breve golpe de Estado en 2002 contra Chávez tras meses de manifestaciones.
 
Aunque ambos lados se acusan mutuamente de instigar a la violencia, también han lamentado las víctimas mortales, de las cuales al menos seis han muerto a causa de disparos y otras por accidentes o incidentes relacionados con barricadas levantadas por los opositores en varias zonas del país.
 
RECHAZO A BLOQUEOS
 
Capriles, visto como un moderado por partes de la oposición, advirtió el sábado de que los bloqueos de calles no ayudan a la causa contra el Gobierno y sólo perjudican a los propios manifestantes.
 
Y el domingo insistió en su blog en que «la anarquía es aliada del Gobierno».
 
Los habitantes de zonas de la capital tradicionalmente asociadas con la oposición trataban de retomar el domingo por la mañana algo de normalidad al acudir a parques como la montaña del Avila, en el norte de la ciudad, a trotar y pasear en bicicleta.
 
Y en el centro de la ciudad personas de la tercera edad marcharon hacia el palacio de Gobierno en apoyo al presidente.
 
El Gobierno ha condenado los bloqueos, después de que una de las muertes en Caracas ocurriera cuando un joven motorista fue degollado por un cable colgado en una calle.
 
Opositores en el caraqueño barrio de Prados del Este armaron barricadas en defensa de un general crítico del Gobierno, Ángel Vivas, quien aseguró desde una terraza de su vivienda, armado con un fusil de asalto, que los cuerpos de seguridad intentarían arrestarlo.
 
El presidente Maduro ordenó el sábado la detención de Vivas, a quien acusa de estar relacionado con la colocación de los cables en las barricadas. El oficial ha afrontado cargos por insubordinación.
 
Pese a la intensidad de las protestas, el Gobierno de Maduro no muestra indicios de estar tambaleándose, con las fuerzas armadas firmemente detrás del mandatario.
 
El Gobierno ha liberado a la mayoría de los cerca de 100 estudiantes arrestados durante las protestas recientes, una demanda de la oposición, lo que podría facilitar el diálogo.
 
El más radical líder opositor Leopoldo López, que se puso al frente de las más recientes protestas, se entregó el martes a las autoridades y fue acusado por cargos de asociación para delinquir, daños e incendios. De hallarlo culpable, podría pagar una larga sentencia.

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