Mantener una correcta hidratación es fundamental para el buen funcionamiento de todo el organismo en general, como tantas veces lo hemos recomendado, es necesario consumir por lo menos dos litros de agua diarios, si pasamos esta importante rutina por alto nos estaremos exponiendo a padecer graves problemas de salud.
Después de muchos estudios e investigaciones realizadas, se ha podido demostrar que cuando no se consumen las cantidades de agua recomendadas y necesarias para el organismo, se aumenta el riesgo de sufrir una gran cantidad de problemas de salud, sobre todo aquellas personas que deben realizar mucha actividad física. Las patologías más frecuentes que sufren las personas por falta de una correcta hidratación son aquellas que tienen que ver con los riñones, además se puede padecer también de problemas intestinales y circulatorios.
Otros problemas de salud que se pueden presentar por la falta de consumir suficiente agua pueden ser dolores fuertes de cabeza (como las migrañas), puesto que el cerebro y los ojos no están recibiendo el agua necesaria; la falta de hidratación en estos órganos puede provocar una severa inflamación en las partes internas y posteriores de los ojos, lo cual puede causar la pérdida de la visión. Los síntomas de una deshidratación pueden ser calambres, dolor muy fuerte de cabeza, sensación de cansancio, fatiga, fuertes dolores musculares y frecuentes cambios de humor.
Las personas que realizan muchas actividades, ya sea en el trabajo o haciendo ejercicio, deben hidratarse con más frecuencia y sin necesidad de esperar a tener sed, puesto que la falta de agua en el organismo puede ser la principal causante de las cefaleas, la pérdida progresiva de la movilidad, cáncer de colon y vejiga, así como también pérdida de gran parte de la capacidad de entendimiento y rendimiento físico y mental.
La importancia del agua en la digestión
El agua es fundamental para que el intestino realice correctamente su función, ya que la falta de líquido hace la digestión mucho más lenta y por este motivo se pueden formar acumulaciones de desechos o heces en el intestino grueso, lo cual provoca el tan molesto estreñimiento. Si estas acumulaciones permanecen mucho tiempo allí causan inflamación y dolor en el colon, en los casos más graves se pueden presentar infecciones, lo que recibe el nombre de colitis.
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