Su nombre, Sugey de Jesús, 30 años, casada y madre de dos adolescentes y una bebé. Vive en una estrecha casita alquilada de dos habitaciones en el sector La 31 de Villa Mella, por la que paga mil 200 pesos. El único proveedor es su marido y el salario al mes no supera los 15 mil pesos, el nivel de hacinamiento y la extrema pobreza de la familia aumenta al tener que disponer de dinero extra para comprar el agua que usan para bañarse y hacer los oficios.
Esta situación la padece cada uno de los residentes del sector La 31 de Villa Mella, Santo Domingo Norte, quienes tienen más de seis meses sin recibir una gota de agua por parte de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (Caasd), pese a las frecuentes quejas y protestas de los afectados.
Esta empobrecida comunidad, con sus calles polvorientas y sus humildes casitas, evidencia el nivel de abandono de las autoridades responsables de acudir en su auxilio para alivianar un poco las carencias de no contar con los servicios básicos que por ley debe ofrece el Estado.
La señora Sugey de Jesús comenta que lo más difícil es no tener agua para realizar los quehaceres domésticos y sobre todo para bañarse y calmar el sofocante calor que sufre el país.
Sostuvo que del poco dinero que entra a la casa tiene que disponer de 100 pesos diarios para comprar varios botellones de agua, destinados a lavar, cocinar, limpiar, beber y economizarla lo suficiente, a fin de que los cinco puedan asearse.
“El dinerito que uno pudiera usar para comprar la cena tiene que gastarlo en agua, porque no hay un pozo o llave pública donde buscar un galón de agua para refrescarse”, manifestó de Jesús.
Además de esta problemática, el nivel de desempleo, inseguridad ciudadana, delincuencia y venta de estupefacientes, incrementa el deprimente ambiente que se observa en el lugar, puesto que no cuentan con fuente de empleos y quienes se aventuran a vender cualquier mercancía no encuentra compradores.
De los pocos…
Uno de los privilegiados en tener su propio medio de trabajo es el ebanista Daniel Rosario, quien desde el 1992, con sus propios esfuerzos logró empezar a fabricar muebles debajo de un árbol, hasta hacer su clientela. Actualmente tiene una rancheta que le sirve de almacén, donde se protege de la inclemencia del tiempo.
Las demandas de servicios han permitido que Rosario emplee a cinco jóvenes, quienes se consideran dichosos al tener una fuente segura donde ganarse la vida.
“La juventud quiere trabajar, no desea ser delincuente, pero el sistema lo ata de pie y mano al no darle la oportunidad de conseguir un empleo. Lo digo porque son muchos los muchachos que vienen a pedirme que los ponga a hacer algo”, expresó el micro empresario.
Un factor que impide el progreso en el negocio de Rosario es la tanda de apagones que recibe la barriada, por lo cual le fue necesario adquirir una planta eléctrica, lo que ha reducido los ingresos, debido a que casi a diario tiene que comprar gasolina.
La delincuencia, deserción escolar y las adolescentes embarazadas son un dolor de cabeza para los padres, madres y moradores de La 31, ya que todo esto trae más miseria, retroceso y arroja a los jóvenes a un camino sin salida, donde el Estado no asume ninguna responsabilidad.
Caasd opina
Un equipo de DominicanoHoy.com se dirigió a las oficinas de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (Caasd), para obtener la reacción de los responsables de solucionar la escasez de agua que vive el barrio La 31 y otros sectores aledaños.
En ese sentido, el subdirector general de operaciones de dicha institución, Luis Salcedo, pidió a la población tener paciencia y entender que el país vive un periodo de sequía, donde los ríos han disminuido significativamente su caudal y obviamente eso está afectando el nivel de servicio.
Sostiene que hay sectores que por esa situación han registrado una merma en la cantidad de líquido que reciben; sin embargo, otros son por problemas con algunas tuberías. Aclaró que en término generales la Caasd está haciendo esfuerzos para mitigar el efecto negativo, redistribuyendo los operativos de distribución.
“En el caso de San Felipe, en Villa Mella se está trabajando y en un corto plazo se va a resolver, no hay que construirles pozo, porque ya están hechos, ahora estamos en la fase de equiparlos”, afirmó Salcedo.
Precisa que la Caasd le ha puesto especial interés al municipio Santo Domingo Norte, debido a que tiene la particularidad de que el agua que reciben es de acuíferos subterráneos, los cuales se han visto afectados por la escasez de lluvia.
“La semana pasada se instalaron dos equipos en Sabana Perdida que estaban fuera de servicio y este lunes se entregó un pozo en la zona del Milloncito. También terminaremos uno en el Dorado, Barrio Nuevo, Cruce de la Virgen y Ponce, en los Guaricamos”, declaró el funcionario.
Aseguró que en esta semana y a principios de la otra, el abastecimiento de agua en Santo Domingo Norte mejorará significativamente.
