“No podía hacer nada por él. Lo único que podía hacer es que su grito fuera oído en el mundo, y lo hice con su fotografía», cuenta la periodista de la agencia turca dogan, Nilufer Demir, a quien se le heló la sangre cuando vio el cuerpo del pequeño Áylan con su camiseta roja y a cien metros de distancia estaba su hermano también sin salvavidas.
En declaraciones realizadas a la cadena cnn turk, Demir, de 29 años, se mostró confiada en que «el impacto que esta foto ha creado ayude a lograr una solución»; asimismo, manifestó sentirse triste y complacida a la vez, porque tiene la esperanza de cambiar las cosas, pero por encima de todo, expuso que «preferiría que este niño siguiera vivo» y que la imagen no existiera.
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur) estima que unos 160.000 refugiados e inmigrantes han llegado a Grecia por mar desde principios de año. En julio, más de 50.000 personas, en su mayoría sirias, habían arribado, en comparación con los 43.500 que lo hicieron en 2014.
