Los silencios que se convirtieron en palabras

Por: Danilo Ginebra

Hay visitas que no se anuncian con ruido, sino con luz.

La escritora Irene Vallejo llega a la República Dominicana como quien entra en una casa abierta al asombro. No trae consigo solo la presencia de una autora admirada, sino la de una voz que ha devuelto a los libros su respiración antigua.

La Universidad APEC le otorgará el Doctorado Honoris Causa, un reconocimiento que trasciende lo académico: es un homenaje a la palabra como refugio y a la belleza como resistencia.

Vallejo es autora de la obra extraordinaria El infinito en un junco, libro que ha recorrido el mundo en más de cien ediciones, traducido a cuarenta idiomas, transformado incluso en cómic y convertido en símbolo universal del amor por la lectura. Su obra no es solo la historia de los libros, sino también la historia de cómo los seres humanos se han salvado, una y otra vez, gracias a las palabras.

Este diálogo nació de una llamada telefónica de la amiga María Amalia León, quien me invitó a integrarme al equipo de coordinación para recibir a Irene Vallejo. Luego se consolidó a través del intercambio de cartas digitales: un cuestionario que envié gracias a la colaboración del amigo Alejandro Moscoso, quien hizo posible la conexión con la escritora y facilitó que este diálogo llegara a buen término.

Más que una entrevista, se abrió un espacio de resonancia: un diálogo donde las preguntas son puentes y las respuestas, ríos. Hablar con Irene Vallejo es escuchar cómo respira el tiempo, cómo el pasado vuelve a latir entre los dedos del presente.

Preámbulo

A partir de aquí dejo hablar al silencio compartido: ella responde desde el rumor de las bibliotecas antiguas; yo pregunto desde una tierra donde el mar guarda todavía la voz de los poetas y el eco de los cuentos.

Este diálogo no tiene prisa. Es una carta abierta entre dos islas: una, la de Irene, tejida de piedra, tinta y memoria; otra, la mía, nacida del mar Caribe, de arena y palabra viva.

Entre ambas fluye un mismo junco —flexible y eterno— que sostiene la palabra escrita contra el olvido.

La infancia como biblioteca

El viaje de una escritora comienza antes de la primera palabra escrita: en la mirada curiosa de una niña que descubre que los libros son mundos posibles.

En este primer bloque de nuestra conversación con Irene Vallejo exploramos esa infancia que se convierte en biblioteca: los silencios que se transforman en relatos y los recuerdos que enseñan a resistir y a amar la palabra.

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