El ético reflexiona antes de hablar y escribir, así evita errores y contrariedades. Se pierde en el amor para servir. Como se trata de iguales, no le basta con el respeto, sino se pide amar. Y es que el ético tiene una calidad especial, que lo sitúa por encima de cualquier otra cosa. El respeto que merece el hombre es de tal grado que se llama amor. Amor significa siempre donación, o por lo menos disposición de donación. Amor es seguir la definición básica, querer el bien para todos, disponerse a dárselo, en cierto modo, darse al otro. Las cosas no merecen nuestro amor. Podemos tenerles afecto, pero no debemos entregarnos a ellas. Los hombres, en cambio, si lo merecen. Debemos amar a nuestros semejantes, ahí está el espíritu del cuerpo y hemos de amarles por la razón fundamental de que son hombres, no por otra cosa sino por lo que son: porque son hombres.
Hay que acostumbrarse a mirar primero al hombre y después sus circunstancias. Esa es la educación que se necesita para ser ético.
No he olvidado al más grande exponente del estoicismo, el filósofo Epicteto: “El único mal auténtico es el mal moral, el que nosotros hacemos. Nada ni nadie puede hacerme daño, el único daño posible para mi es aquel que yo cometo cuando actúo mal”.
El ético es humilde, honesto como su fortaleza espiritual. La vida es una misión. Ejercita el deber, las responsabilidades como un bien. La tolerancia es amar, calla y dice mucho. Es un ejemplo a seguir en la familia y la sociedad. Sabe perdonar, olvidar las amarguras, ofensas y calumnias. Perdona y sigue avanzando en el servicio a la Patria. Domina el tono de su voz, sabe lo desagradable que resulta cuando le hablan con brusquedad.
Sabe que en la vida todo tiene su razón de ser, aunque no siempre lo vea así por falta de una visión completa, pues está viendo apenas la parte exterior de las personas y las cosas, Es que como humano tiene escasez. Deja los juicios a Dios, que ve los corazones con perfecto conocimiento de los pensamientos e intenciones más secretas.
Aprende a no humillar a nadie, no se cree perfecto e infalible. Sabe que se puede equivocar. Que la perfección no pertenece a la tierra. Jamás exige a otro lo que él no puede hacer. Ese es mi ético y entiendo es el que requiere La Patria.
La ética nos lleva a una situación feliz cuando la responsabilidad es amada como un bien. Esto tiene mucho que ver con la plenitud humana.
Los hombres y las mujeres éticos-as tienen los sentimientos educados y esto les da mucha fuerza cuando toman decisiones. Cuando se toman decisiones se arrastran los sentimientos. Los sentimientos se mueven cuando se descubre en el deber su aspecto de belleza. El deber es la acción de responsabilidad en su acción moral y acción de la razón que es la parte esencial del alma que nos une con Dios.
Si somos éticos debemos habitar en una casa de cristal, transparente por todos lados.
Puntualizando la ética, sabemos es una rama de la Filosofía que se ocupa del estudio racional de la moral, la virtud, el deber, la felicidad y el buen vivir.
Una doctrina ética elabora y verifica racionalmente un sistema moral y como se debe explicar posteriormente a nivel individual y a nivel social. En la vida cotidiana constituye una reflexión sobre el hecho moral, busca las razones, que justifican la adopción de un sistema moral a otro. Ético es la realización plena del ser humano.
Amable lector la próxima entrega será la última. Nos veremos en otros temas. Consérvense bueno. Una alegría, amor, aceptación, bendición y agradecimiento totales. Estas son las cinco actitudes de Dios. El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.