Esta mañana antes de la salida del rey del día, estuve viendo mis notas, los apuntes de las clases en la Escuela de Evangelización Juan Pablo II que me atraen la atención entre pensares y pensares de la vida. Estos los he leído varias veces y creo debo entregarlos. La vida buena es guiada por estos proverbios.
En Proverbios 12
La honradez les abre un camino recto a los hombres íntegros; los malvados se pierden en el de la maldad.
Los hombres buenos se salvan debido a su justicia, pero los impíos son presa de su propia ambición.
Cuando no hay dirección, el pueblo va a la deriva, la salvación depende del número de los consejeros.
Uno reparte abundantemente y se enriquece, otro economiza y se empobrece.
El que hace el mal no está nunca seguro; el justo, en cambio, está bien arraigado.
Las ambiciones del malo le acarrean desgracias, el justo, en cambio, es un árbol que fructifica.
Proverbios 13
El hombre bueno siente horror por la mentira, el malvado tira mugre y calumnia.
La rectitud protege al hombre recto, la maldad lleva al malvado a su perdición.
La fortuna que se adquiere de repente no dura, el que la administra a su ritmo la aumenta.
Consérvense bueno. Una alegría, amor, aceptación, bendición y agradecimiento totales. Estas son las cinco actitudes de Dios. El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.
