El nuevo Gobierno unitario israelí, liderado por el primer ministro Benjamín Netanyahu y el centrista Beny Gantz, puso este domingo fin a la crisis política más larga de Israel con un programa centrado en la recuperación económica por la crisis de la pandemia y la anexión de parte de Cisjordania.
“Decidimos juntos dejar a un lado las divisiones y enfrentarnos a los desafíos que la pandemia nos plantea en materia de salud, economía y sociedad”, declaró Netanyahu en su discurso ante el Parlamento israelí (Knéset) entre interrupciones de la oposición y acusaciones de corrupción.
El nuevamente primer ministro afronta en una semana un juicio en el que está procesado por delitos de cohecho, fraude y abuso de confianza en tres casos separados.
Netanyahu presentó un gobierno centrado en la activación del empleo por la crisis del coronavirus, que ha causado más de 1,2 millones de parados en el país.
Adelantó que ha llegado el momento de iniciar la anexión de parte del territorio palestino de Cisjordania, “como un nuevo capítulo de la historia del sionismo”, y prometió “liderar este proceso histórico”.
Finalmente dijo que este acuerdo con el Gobierno esto se logra tras largas negociaciones, con una mayoría parlamentaria que da apoyo a Netanyahu como jefe de Gobierno durante el primer año y medio, tras lo que Gantz le sucederá automáticamente.