Chicago.- Durante la gira de cinco juegos de los Cachorros por San Luis y Pittsburgh, Báez bateó .450 (de 20-9) con tres dobles, tres jonrones y nueve empujadas. Los 23 cuadrangulares que tenía cuando empezó la jornada del sábado ya representan su tope personal para una temporada, y el boricua ya superó su marca de empujadas de 75, que había implantado el año pasado.
Pero Báez también aporta de otras formas a la causa de los Cachorros.
“No se olviden del guante, ni del corrido de bases”, recordó Maddon. “No es sólo el promedio”.
Báez ha estado bateando de cuarto desde que Maddon movió a Anthony Rizzo al primer puesto del orden, un movimiento que le ha dado muchos resultados al equipo. Lo que Maddon está viendo ahora es cómo Báez está utilizando todo el terreno.
“Él va a acumular sus ponches”, dijo el piloto, “pero está mostrando signos de madurez en la caja.
“Mi punto es que no hay que evaluar a alguien sólo por el promedio de bateo cuando se trata del JMV”, siguió Maddon. “Hay jugadores en el pasado que tuvieron tremendo promedio, pero la gente no quería votar por ellos porque no daban muchos jonrones o no empujaban muchas carreras. Siempre estamos con el prejuicio de turno. Este muchacho está jugando buena pelota”.
Cuando Bryant fue el JMV de la Nacional en el 2016, entre sus virtudes estaban su capacidad para mantener sus números ofensivos mientras se movía entre la tercera base y los jardines cuando se lo pedía, más su corrido de bases.
Parte de lo que está ayudando a Báez es la confianza con la que está jugando, algo que según Maddon se nota desde el dugout.
“Si llega la hora apremiante, él cree ciegamente en que te va a vencer de alguna manera y eso no tiene nada que ver con los números”, dijo Maddon. “Eso es lo que está en su corazón y en su mente, porque su mente en el terreno es artística. Hace cosas y ve cosas que muchos no ven. Y más allá de eso, tiene la valentía para hacer cosas sin miedo alguno”.
Después de decir todo eso, Maddon apuntó que él no es un fan de los premios individuales. Él y Báez tienen otra meta en mente.
“Yo sé que Javier diría lo mismo: prefería mil veces sostener el trofeo de la Serie Mundial antes que cualquier otro”, cerró el dirigente.