Dónde está el político de Estado, en todos sus actividades, no asoma el que actúe de acuerdo con su riqueza es la condición principal para ser independiente. No desea tener semejanza con el Presidente Profesor Juan Bosch, ni el Presidente Pepe Mujica.
Las nuevas riquezas nos recuerdan el Ático, cuyos negocios se extendían en Grecia y en Italia. Sus deudores en Macedonia, en Efero, Epiro, Delfos. Prestaba a los particulares y a los ciudadanos. Estimaba tanto su reputación como su fortuna, preocupaba que nadie supiera que no desatendía este género beneficios. Lo ocultaba en gran cuidado aun a su gran amigo Cicerón.
Todo nos indica que necesitan para conciliar la deferencia en el PLD, PRD y PRSC al célebre Ático, cuya genial obra fue conciliar al Hortensio y Cicerón, y juntarlos amigablemente a pesar de la emulación que los tenía distanciados. Los ciudadanos se preguntaban cómo Ático se la arreglaría para apaciguar esas dos vanidades irritables siempre inclinados a encolerizarse.
Vemos que ciertos personales el camino más seguro para atraérsele a los políticos es halagar su vanidad.
Hay políticos que tienen confidentes como Balbo y Teófano eran de César y Ponpeyo.
Decir la globalización es estar en un solar, todo se sabe. Por qué no globalizar la moral con su bien internacional. El universo humanidad y no guerra fría y terrorismo.
Dominicanos continuo firme en mi fe. Sanará en un orto el Clarín en que cada uno descubra en el ejemplo de los demás, nuevos motivos de amar y hacer el bien.
Así leo en Hebreos 10,24.
Consérvese bueno.
