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Meditabundo: El mal y el bien

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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El corrupto está en el mal, nos presenta esta interrogante. ¿Qué tiene roto el hombre? He pasado horas en buscar la respuesta, estoy en el camino de haberla encontrado. El corrupto tiene su alma en la condición de ignorancia con un ladrón en su interior. Ciego del verdadero convencimiento del yo espiritual moral. Está en la ley del apego a lo transitorio, material que causa males a él y los demás. Está caminando, lleva consigo toda clase de mal. El deseo por lo material anula la razón y la inteligencia. Ha perdido el don, el bien inenarrable, lo más sagrado del tránsito, la vida en la justa razón.

El hombre de las buenas costumbres, su pensamiento cultivando el conocimiento espiritual, reina el bien, la paz, tranquilidad. Es vida en la simiente del natural despego a lo innecesario y a lo material. Su yo es realidad guiado por la conciencia y alcanza el verdadero bien. Su alma es lo importante, donde está la razón que lo une a Dios.

El filósofo Epicteto explica: “No son las cosas que hacen feliz al hombre, sino las ideas que de las cosas tenga este. El bien y el mal no están en las cosas, sino en nuestra actitud hacia ellas; de ahí que el ser feliz dependa de nuestra voluntad”. Amable lector qué usted concibe acerca de la enseñanza de este representante del Estoicismo Romano.

Hoy nos despedimos escuchando a San Bernardo de Clarcenel. “La grandeza de un alma se mide por lo que ama”. Consérvense bueno.

El escritor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana

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