El jefe de Estado Islámico en Afganistán, Abu Sayed, fue abatido en un ataque contra el cuartel del grupo en la provincia de Kunar a principios de esta semana, informó el Pentágono el viernes.
La portavoz del Pentágono, Dana White, dijo en un comunicado que otros miembros de EI murieron también en la ofensiva, que tuvo lugar el martes.
El secretario de Defensa, Jim Mattis, dijo a periodistas que «la importancia radica en que cuando matas al líder de uno de estos grupos los afecta (…) obviamente es una victoria para nosotros en términos de asestarles un revés, estamos en la dirección correcta».
Sayed es el tercer líder del grupo yihadista en Afganistán que es abatido desde julio de 2016.
El exlíder Abdul Hasib murió el 27 de abril en una operación conjunta entre fuerzas de Estados Unidos y Afganistán en la provincia oriental de Nangarhar. Su predecesor, Hafiz Saeed Khan, pereció en un ataque con un dron estadounidense en 2016.
Tropas afganas apoyadas por aviones de guerra y fuerzas especiales estadounidenses llevan años combatiendo a las milicias ligadas a EI en el este del país.
La filial local de EI, conocida a veces como Estado Islámico Khorasan por el antiguo nombre que recibía la región que incluye a Afganistán, está activa desde 2015, combatiendo a los talibanes y a las fuerzas afganas y estadounidenses.
El general John Nicholson, el máximo comandante de Estados Unidos en Afganistán, se ha comprometido a acabar este año con EI en el convulso país de Asia Central.
