Los padres no deberían dar a sus hijos ningún medicamento que contenga los narcóticos codeína o tramadol, porque pueden provocar problemas respiratorios que supongan una amenaza para la vida, advirtió el jueves la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU.
Las etiquetas de advertencia de los medicamentos con codeína o tramadol serán reforzadas para reflejar estos posibles peligros, afirmó la FDA en una declaración.
Las mujeres lactantes también deberían evitar usar estos medicamentos, dado que pueden pasar niveles no seguros de opiáceos a los bebés a través de la leche del seno, señaló la agencia.
Algunos niños y adultos están predispuestos genéticamente a procesar los medicamentos opiáceos más rápidamente, dijo la FDA. Eso puede provocar que el nivel de narcóticos en el torrente sanguíneo llegue a ser demasiado alto con demasiada rapidez, y poner así en riesgo de sobredosis a los niños, por su tamaño más pequeño.
«Es muy difícil determinar qué niño o madre tiene este riesgo, y por eso hoy tomamos esta medida», afirmó en una conferencia de prensa el jueves el Dr. Douglas Throckmorton, subdirector del centro de programas regulatorios del Centro de Evaluación e Investigación de Medicamentos de la FDA.
El tramadol es un medicamento con receta que solo está aprobado para tratar el dolor en los adultos, indicó la agencia. Los productos con codeína están disponibles con receta, y algunos estados permiten que el medicamento sea de venta libre. La codeína con frecuencia se combina con acetaminofén en los analgésicos recetados y los jarabes para la tos, indicó la agencia.
La FDA ahora desaconseja que los niños menores de 12 años tomen codeína o tramadol.
Los niños y adolescentes menores de 18 años no deberían tomar tramadol para tratar el dolor después de una cirugía de extirpación de las amígdalas o adenoides, señaló la agencia. La etiqueta de la codeína ya advierte en contra del uso posquirúrgico de los niños y adolescentes.
Finalmente, la FDA dijo que estos medicamentos no deberían usarse en niños de 12 a 18 años que son obesos, que sufren de apnea obstructiva del sueño o que tienen un sistema respiratorio debilitado, ya que pueden aumentar las probabilidades de sufrir problemas respiratorios peligrosos.
«Las medidas que tomamos hoy se basan en una mejor comprensión de este problema de seguridad grave, según las últimas evidencias», señaló Throckmorton.
