Miles de ciudadanos se movilizaron ayer en contra de la corrupción y la impunidad, pero en realidad
¿En contra de quién se movilizaron?
Antes de responder a esa pregunta, cabe recordar que es la primera vez en que la gente se moviliza masivamente en torno a ese tema, luego, debemos tener presente, que desde hace varios lustros en el país no hay una movilización masiva ni siquiera para cierres de campañas políticas y, que desde el 2007, no hemos tenido, tampoco una huelga general, en consecuencia, romper esa dinámica de hastío es el primer triunfo de la marcha.
La marcha convirtió un tema sensible que nunca ha tenido expresión electoral, en un tema político central, pero ¿Por qué? Primero porque no creen en la justicia y segundo porque entienden implicado, permisivamente, hasta los huesos al Presidente Medina en el sistema, aunque hasta la fecha nadie le imputa vinculación personal en los hechos específicos.
Cuando sucedió lo de OISOE, que no pudo ser ocultado por el suicidio en el mismo sitio del chantaje, todos nos percatamos del arreglo para presentar culpables de tercer grado mientras se protegió a los cabecillas de la red, que sigue operando.
Cuando se conoció el caso de Víctor Díaz Rúa, en aplicación inapropiada de tecnicismos, todos vimos lo que sucedió; de esa burla todavía se queja la fiscalía. Recientemente, cuando se denunciaron bandas de colectores del PLD que negocian los cobros al Estado por comisiones y los ministros y directores que exigen dinero para cumplir las sentencias de los tribunales, no se hizo nada.
De eso hasta el Presidente del Tribunal Constitucional, se ha quejado. Cuando la Justicia suspendió la licitación de Punta Catalina, el Gobierno continuo la obra y luego trasladaron a la jueza. En Brasil se cae el avión del Juez del caso, acá, menos radicales, le trasladan de regreso a su pueblo y para que sea notorio, se traslada a 87 jueces más, toda una revolución para que no haya jurisprudencia valida.
Cuando el Embajador norteamericano se hizo eco de denuncias el Presidente Medina exigió, molesto, que le mostraran los casos y, ya a esas alturas, Gringolandia decidió mostrarle Odebrecht: tenían todo, cantidades, nombres, cuentas
todo. También tienen todo de otros casos pues todo cheque en dólares termina pasando por su sistema, incluso si es de Andorra.
Odebrecht es el caso de soborno más grande de la historia, ya anda por los USD$ 4,500 millones solo en multas, pero no es el peor de República Dominicana, en donde involucra contratos por más de USD$ 3,500 millones, con sobre precios estimados de más de USD$ 1,500 millones de dólares. Después del lío y del hecho de que la población no cree al Gobierno, ni a su Procuraduría, se informa, el día antes de la marcha, que Odebrecht devolverá USD$ 184 millones y la gente se imagina, que le impondrán a Ángel Rondón, si acaso le hayan culpable
, de los delitos que ya ha admitido, un mes de arresto domiciliario y la pena de no volver a licitar en los ayuntamientos, bajo su nombre podrá seguir haciendo todo lo demás -, pero no saldrán los nombres de los funcionaros del PLD y de este Gobierno, que fueron felizmente sobornados: sacrificio del peón por la reina.
Por eso la marcha es en contra del Presidente Medina, no sólo para que no apadrine por omisión más eso, sino para que ponga freno a las demenciales prácticas de su gente que a través del chantaje y la extorsión, cada día RETIENEN el pago a las empresas y ciudadanos dominicanos hasta que se cantean con comisiones enormes.
Señor Presidente, hay que revisar el JAC y la adjudicación de cuotas de productos, los ministerios de Agricultura, Obras Públicas, Educación, Industria y Comercio con las exoneraciones de combustibles y permisos y desmontar el peaje de la Contraloría General, entre otros entes del Gobierno. Pueden ser citados Andrés Bautista, Cesar Sánchez y algunos ciudadanos de Marte y de Júpiter: eso es distracción.
Pero es público a través de cuales cuentas se realizaron los sobornos, se sabe quiénes están dirigiendo concursos para asignación de cuotas a través de sus secretarias y en cuales ministerios y oficinas, se exige dinero y, desde luego que no es en las oficinas de la oposición.
La marcha no es en contra de Odebrecht, ya identificada como sobornadora y sobre valuadora, en el mundo y acá, empresa a la que sin embargo, el Gobierno sigue pagando, AHORA, miles de millones a través del Ministerio de Hacienda de ese dinero es que van a devolvernos los USD$ 184 -, es en contra del sistema corrupto instalado, es porque la justicia ha sido secuestrada y no se esperan condenas reales a la gente de su partido y de su gobierno, que la gente ha salido a la calle a marchar, es para que usted despierte y reaccione poniendo fin a ese estado de cosas ilícitas.
En resumen, Señor Presidente, Odebrecht es sólo un pretexto que el empresariado y la ciudadanía están usando para llamar su atención a un estado de cosas insoportables, mucho mayor que Odebrecht, pues el Odebrecht de la deuda externa, en particular de las emisiones de bonos al vapor y a cada rato, la retención de pagos y los desacatos judiciales, son peores, por mucho.
