Maduro recibe espaldarazo de sus aliados

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, recibió el espaldarazo de sus aliados en la cumbre del Movimiento de Países No Alineados que culminó el domingo, en la que participaron muchas delegaciones pero sólo un puñado de mandatarios.
 
Venezuela recibió de manos del presidente iraní, Hassan Rouhani, la presidencia pro témpore del movimiento en la isla venezolana Margarita ante sólo siete mandatarios, de los 120 que integran el movimiento, en momentos en que la nación busca apoyo en medio de una crisis política y económica.
 
Los otros líderes que participaron fueron Robert Mugabe de Zimbabue, el palestino Mahmud Abbás, el cubano Raúl Castro, el ecuatoriano Rafael Correa, el boliviano Evo Morales y el salvadoreño Salvador Sánchez.
 
A la hora de la clausura del encuentro, la mayoría de los presidentes ya se había retirado de la sesión.
 
A pesar de la poca convocatoria de líderes de primer nivel, Maduro, golpeado por un descenso de su popularidad, aclamó la reunión como un «éxito absoluto».
 
«Ha sido una cumbre victoriosa en relación de los grandes objetivos de solidaridad, acercamiento y unión de nuestros pueblos», dijo durante la clausura.
 
Aunque el documento final del encuentro -de cientos de páginas- no fue divulgado el domingo, el presidente venezolano dijo que su país logró el respaldo en puntos polémicos, como la ratificación de una «condena» al gobierno del estadounidense Barack Obama y la exigencia de que derogue un decreto que declara a Venezuela como una amenaza.
 
«La llamada cumbre (…) constituyó un fracaso estrepitoso del régimen presidido por Nicolás Maduro, una ratificación de su aislamiento internacional, de la ineptitud de su diplomacia y del rechazo del mundo a un régimen que es símbolo mundial de corrupción e incompetencia», dijo la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en un comunicado.
 
Nacido en Belgrado, ex Yugoslavia, en 1961, el movimiento proporcionó una alternativa para las naciones que no apoyaron a Estados Unidos o la Unión Soviética durante la Guerra Fría. Sin embargo, tras la caída del muro de Berlín, en 1989, su relevancia disminuyó significativamente.
 
De acuerdo con un resumen del documento final, la «Declaración de Margarita», las representaciones aprobaron 21 puntos, entre los cuales llaman a refundar el propio movimiento y a una reforma de la Organización de las Naciones Unidas para que sea un órgano más democrático y representativo.

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