PRD mexicano estrena presidenta, aunque provisional

El Partido de la Revolución Democrática (PRD) amanece este domingo con una nueva dirigente nacional, Beatriz Mojica, quien asume de manera provisional luego de la renuncia de Agustín Basave, quien regresa a sus labores legislativas.
 
El Consejo Nacional del llamado partido del sol azteca así lo decidió, pero la temporalidad de su nueva líder confirma que las corrientes internas, llamadas «tribus», no se ponen de acuerdo en el seno de una organización política que va de más a menos, y pierde gradualmente su perfil de izquierda, según sus propios militantes y analistas.
 
Mojica sustituye a Agustín Basave, quien renunció en el 2002 al Partido Revolucionario Institucional (PRI, del presidente Enrique Peña Nieto), para, luego de varios intentos de conducir otras corrientes, asumir la dirección nacional del PRD, en momentos de crisis que aún se mantienen.
 
Para entonces el PRD fue señalado por apoyar en la elección al alcalde José Luis Abarca, de Iguala, Guerrero, hoy detenido por su responsabilidad en la desaparición de 43 normalistas de la escuela rural de Ayotzipana, así como por la muerte y heridas a decenas de personas a cargo de la policía bajo su mando el 26 de septiembre de 2014.
 
En favor de Basave, se trata de un académico, periodista, político y diplomático mexicano, colaborador del que fue esperanza de la política nacional, Luis Donaldo Colosio, candidato presidencial del PRI asesinado en un mitín electoral en Baja California, en marzo de 1994.
 
Basave fue el artífice de los acuerdos con el Partido de Acción Nacional, considerado aquí de derecha, en una alianza para los comicios del 5 de junio donde el principal perdedor fue el PRI.
 
Los resultados de tales elecciones para gobernadores y otros cargos en 13 estados y la Ciudad de México decidieron la renuncia del presidente nacional de PRI, Manlio Fabio Beltrones, quien fue sustituido por Carolina Monroy, sobrina de Peña Nieto, aunque con un expediente político a cuestas.
 
El 13 de julio podría decidirse si Mojica se queda al frente del PRD, o si asume otro copartidista de manera oficial.
 
Tal decisión no parecer no curar las heridas de un partido que se debate entre caminar solo, hacer alianzas con lo que se conoce aquí como izquierda mexicana, o seguir en alianzas con otras organizaciones, de esquina distinta.

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