La Suprema Rada de Ucrania (parlamento) aprobó este viernes el controvertido presupuesto de 2016, atado a las condiciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), con la esperanza de más apoyo crediticio, pese al empobrecimiento de sectores de bajos ingresos.
Adoptado por el voto de 263 diputados, de un mínimo técnico de 226, el plan fiscal fue cuestionado incluso por las fracciones aliadas como el partido Batkivschina, del primer ministro Arseny Yatseniuk.
La exjefa de Gobierno Yulia Timoshenko, y fundadora de esa organización coparticipante del golpe de Estado de febrero de 2014, catalogó el plan de «sentencia para el país», según reportaron los informativos sobre el encendido debate antes de la votación en la Rada.
El documento, dijo Timoshenko, supone «la destrucción de los pobres y la defensa de los más ricos», en un país al borde de la cesación de pagos y una crisis económica sin precedentes en la última década.
Representantes de la oposición en la Rada cuestionaron el hecho de que los diputados no tuvieron acceso a la lectura detallada del proyecto del plan fiscal para 2016, que contempla un déficit de unos 3,5 mil millones de dólares, el 3,7 por ciento del Producto Interno Bruto.
La diputada por el Bloque Opositor Natalia Korolevskaya denunció que el texto fue concluido en el gabinete de ministros apenas esta madrugada y ni un solo parlamentario pudo leerlo.
Entre los puntos más criticados hizo alusión al proyectado incremento del salario mínimo a unos cinco dólares y las pensiones en seis, insuficientes en el contexto de encarecimiento de los servicios comunales, y las tarifas de gas y la electricidad, expuso.
De acuerdo con la exigencia del FMI, el plan fiscal de Ucrania descansa sobre el controvertido nuevo Código Tributario, aprobado la semana pasada, que rechazan las fracciones de la oposición en la Rada por impopular.




