Importancia del desayuno para los más pequeños

Los niños empiezan muy temprano su actividad, tanto física como intelectual, por lo que requieren de mucha energía, para que puedan afrontar bien el día es vital que tomen un buen desayuno.
 
Una correcta alimentación comienza con un buen desayuno. Cuando vamos a dormir nuestro cuerpo se vuelve más lento. Al despertarnos el cuerpo cambia su ritmo, se vuelve más activo y por esa razón es importante comer luego de despertarnos, ya es la  activación necesaria para iniciar el día. El aporte calórico de desayuno debería representar el 25% del total de la dieta del niño.
 
El hábito de desayunar se genera en casa. Los padres deben crear el hábito de sentarse con sus niños cada mañana y dedicarle entre 10 y 15 minutos. No hace falta mucho tiempo para preparar un desayuno sano.
 
Si el niño no está habituado a desayunar se comienza poco a poco, iniciando bastará con un vaso de leche o un yogur. Luego se puede incorporar algún tipo de cereal como tostadas, galletas  o cereales para desayuno y finalmente una fruta o zumo natural. En ocasiones podemos dividir el desayuno en dos tomas, una al levantarnos con leche o yogur, cereales, pan o galletas; y la otra dos o tres horas después donde podemos incorporar la fruta.
 
¿Qué ocurre si no desayunamos?
 
Algunas de las consecuencias de saltarse el desayuno son decaimiento, falta de concentración y mal humor debido al déficit de glucosa, principal combustible energético. Hay que recordar que a primera hora de la mañana el organismo lleva entre 8 y 10 horas sin recibir ningún alimento.
 
En épocas escolares la importancia de un buen desayuno (conformado por lácteos, cereales y frutas) es mayor, pues sin una buena base alimentaria los niños no rinden intelectual ni físicamente. El desayuno es tan importante que incluso condiciona el aprendizaje.
 
Combate la obesidad
 
Un desayuno completo y equilibrado es la primera arma contra la obesidad infantil. Está demostrado que la prevalencia de obesidad es superior en las personas que no desayunan o que lo hacen mal, ya que llegar con demasiada hambre al mediodía suele provocar que se  consuman más grasas y más cantidad de alimento de lo necesario. Además, la mala distribución de las comidas aumenta la probabilidad de que el cuerpo asimile la grasa en vez de quemarla.
 
Si el niño se va saciado de casa, además de tener energía y rendir su cuerpo al 100%, cuando llegue la hora de la comida, este no tendrá tanto apetito y por tanto no comerá con ansiedad, evitando los problemas que esto conllevaría  para su organismo. Por otro lado nuestro hijo tendrá suficiente energía para afrontar los nuevos retos del día.
 
Composición nutricional
 
Los lácteos (leche, yogures, quesos): Aportan proteínas de buena calidad, vitaminas y minerales, especialmente calcio. Los cereales (pan, galletas, cereales para desayuno): Aportan principalmente hidratos de carbono que nos darán energía. También aportan vitaminas y minerales, los cereales integrales aportan fibra. Las frutas o zumos: Aportan agua (90-95%), hidratos de carbono, minerales, vitaminas y fibra. Listín Diario.com

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