El diplomático Pastor Vásquez Frías, autor del importante libro ¡Éxodo! Un siglo de migración haitiana hacia República Dominicana, participó en el programa Qué pasa hoy, transmitido a través de los servicios radiales y televisivos de este multimedios DominicanosHoy, donde expresó sus consideraciones sobre la Sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional, que establece que a los hijos de ilegales nacidos en suelo dominicano no les corresponde la nacionalidad; así como otros ángulos de las relaciones bilaterales.
En torno a si la disposición viola o no el principio de racionalidad, el también abogado entiende que es necesario dejarle eso al tiempo, ya que no se puede determinar tan rápido si ha quebrantado o no esa normativa.
Manifiesta que la migración masiva de haitianos afecta a República Dominicana, debido a que desborda la capacidad y la acogida de la nación, pese a que no puede decirse que no es necesaria la mano de obra haitiana en diferentes sectores de la economía nacional; “pero, sería bueno aclarar qué cantidad es la requerida, para que el mundo comprenda la situación del país”, acotó.
“No podemos estar diciendo que los haitianos vienen en masas porque quieren invadirnos, eso es falso, entran aquí para ganarse la vida y poder sobrevivir”, explica Vásquez Frías.
Sus conocimientos como historiador le permiten profundizar en la génesis del éxodo de nativos procedentes de Haití, lo cual, subraya, data desde siglos, y en los que ha habido conflictos entre ambas naciones, pero luego las relaciones se han recuperado.
“En el 1880 éramos, de acuerdo a Dante Fortunat, 385 mil habitantes y teníamos un terrible problema de población. Para 1892, siendo Don Ignacio María González, Presidente de la República, firmó el primer acuerdo dominico- haitiano. Más tarde recibió una denuncia de que existía un proceso de sonsacamiento de haitianos para convertirlos en ciudadanos dominicanos. En total, unos 300 habían llegado por Dajabón y jurado por nuestra Bandera. Decían que no lo hacían por amor, sino por temor a que en su tierra ocurriera un derrocamiento presidencial. En esa época Haití tenía un millón de habitantes”, narra.
Vásquez Frías, quien también se ha desempeñado como periodista, precisa que en esa época el entonces presidente Ulises Heureaux pidió desesperadamente 100 obreros haitianos, debido al temor de caer en la ruina porque sus fincas estaban abandonadas.
Añade que en tiempos de alza de la industria azucarera hubo una escasez imperiosa de mano de obra y todavía en 1976 República Dominicana seguía empleando braceros en grandes cantidades, después siguieron aceptándolos, pero no con un compromiso de un contrato.
-¿Entonces cómo valora usted la decisión del Tribunal Constitucional?
“Tiene su lado positivo y negativo, pero yo me pregunto por qué hay que esperar una crisis para llegar al Plan Nacional de Regularización. La Ley de Migración es del 2004, y el reglamento fue antes de Leonel Fernández salir del poder y todavía no se ha aplicado.
“La ley prevé ese plan, mi crítica es que el Estado es quien debe ir donde están la personas que tienen que regularizarse, porque la gente no va a tomar la iniciativa.
“Yo estudié la sentencia como máster en Derecho Constitucional y lo mejor de esta pieza es que cada caso será tratado por un juez, para que sea él quien decida el estatus del inmigrante. Esto significa que no se puede condenar a nadie sin ser escuchado”.
-¿Cuál es el prejuicio que más nos separa de Haití?
“El miedo y la desconfianza de ambas partes. Estos vienen de tiempos atrás y son alimentados por políticos, diputados periodistas y opinadores en general, que se hacen los graciosos con comentarios nacionalistas para ganar rayas; pero que no se toman la molestia de visitar Haití y ver la realidad tal cual es.
“Un prejuicio no es fácil de erradicar, hay gente que dicen cosas aquí y cuando usted les conoce a fondo, tienen un haitiano preferido. Necesitamos personas que trabajen para llevar calma, comprensión y que mejoremos la forma de comunicación para no ofendernos tanto”.
-¿Cómo ve el futuro inmediato?
“Creo que las cosas se están disipando; veo que hay un acuerdo entre Haití y Dominicana, pienso que si se manejan mejor las relaciones públicas y se incluyen personas jóvenes, con lenguaje mesurado, que no tengan en sus rostros el hacha milenaria de la guerra, se puede convencer al mundo de que no somos malos”.
El autor de ¡Éxodo! Un siglo de migración haitiana hacia República Dominicana aclara que las calificaciones dadas al pueblo dominicano por organismos internacionales, luego de la sentencia del Tribunal Constitucional, fueron injustas, “ya que se apresuraron a emitir juicios y si hay algún error, aun tenemos tiempo para resolverlo. Yo no conozco una sociedad autárquica, todos necesitamos a otros países”.
El libro de Pastor Vásquez Frías contiene 10 capítulos, más el epílogo, y según el escritor “es una obra de referencia. Se dice que será el más vendido del año. Pueden buscarlo en las librerías Cuesta, Solano, Santuario, entre otras. Vale la pena conocer con profundidad esta casi centuria que arrancó como un vendaval con rumbo fijo el oleaje migratorio de ciudadanos haitianos hacia República Dominicana”.
