Guadalajara, Jalisco.- Cuando se pone un pie en la capital poblana, las calles adoquinadas se transforman en una máquina del tiempo. A través de sus históricas fincas y oferta culinaria, esta ciudad considerada como Patrimonio Mundial por la UNESCO desde 1987, regala al paseante una diversidad cultural que da razón al porqué Puebla de los Ángeles es un exquisito lugar para realizar allí los días de descanso sin arrepentimiento alguno.
La capital poblana no sólo es famosa mundialmente por ser la cuna del mole artesanal, platillo que a través de generaciones familiares se ha convertido en un referente gastronómico de México, sino que gracias a su composición arquitectónica, también permite explorar rutas que presumen de la ingeniosa creatividad de edificaciones que son un legado histórico.
Batallas heroicas, leyendas de forasteros y tradiciones ancestrales son los componentes que hacen de este destino el sitio perfecto para disfrutar en familia, de la luna de miel o una exploración en solitario.
Los primeros pasos
La también conocida ciudad como la Heroica Puebla de Zaragoza, cuenta con carnadas turísticas que sin lugar a dudas tienen el potencial para trazar un itinerario completo, desde el amanecer hasta cuando el Sol comienza a despedirse.
Un clima fresco será el acompañante durante las andanzas de los turistas. Así comenzará a trazarse la ruta básica para conocer los lugares más icónicos, vanguardistas y tradicionales, de la capital poblana.
Por ejemplo, aprovechando el furor por las ruedas de la fortuna, la también cuna de los chiles en nogada, está de manteles muy, pero muy largos, gracias a la instalación de “La Estrella de Puebla”, una gigantesca rueda —de 80 metros de altura— que funge como mirador para echar un vistazo a la ciudad desde las alturas, en el “Parque lineal”, donde también se ubica el recién adaptado Jardín del Arte, que se integra por dos restaurantes, tres lagos artificiales, dos pistas de trote y un paso elevado de 800 metros. (Boletos desde 30 pesos en góndolas generales, 50 pesos pase VIP).
Otra consigna casi obligatoria para quien visita por primera vez la ciudad de los ángeles poblanos, es emprender camino hacia la ruta de la devoción, aprovechando el rumbo religioso que las parroquias, capillas y templos han trazado para destacar la arquitectura y legado histórico que estas enormes edificaciones resguardan en su atrios, portales, altares y objetos con valor patrimonial, social y cultural. Entre los sitios más populares destacan los ex conventos masculinos como las ahora Iglesia de San Francisco, Santo Domingo y de la Virgen del Carmen.
Antojos a la orden
Además del mole, del cual los poblanos han hecho todo un arte en su preparación, el acervo culinario de esta cosmopolita ciudad se dio a la tarea de congregar a los mejores cocineros y restaurantes en la una guía respaldada por la Secretaría de Turismo, con el fin de ofrecer a los comensales lo mejor de lo mejor de los fogones y cacerolas poblanas, a través del proyecto “Mesas poblanas”, una detallada selección se sitios gourmet y de cocina tradicional.
En la sección gourmet, los restaurantes de Puebla se distinguen por refrescar las recetas tradicionales con toques y técnicas de preparación totalmente vanguardistas; imposible es resistirse al sazón de puntos gastronómicos como los restaurantes Casa de los Muñecos, El Mural de los Poblanos, La Noria, Las Bodegas del Molino. En el ámbito tradicional, Puebla cuenta con icónicas mesas como El Burladero, La Casita Poblana, el restaurante La Garita y Mi Viejo Pueblito.
No hay que olvidar darse una vuelta por la Casa del Mendrugo (http://casadelmendrugo.com) en el Centro Histórico de la ciudad, pues este sitio es el lugar de reunión donde la cultura se manifiesta a través de diversas técnicas y expresiones de manera comercial hasta lo más independiente, en una vieja casona ubicada en la bohemia calle de la Palma, donde una buena taza de café o un copa de vino nunca faltan mientras los artistas locales hacen gala de sus dotes poéticos, trovadores, teatrales y dancísticos.
También hay que visitar el Museo Universitario Casa de los Muñecos, una edificación del siglo XVIII que ganó popularidad debido a las figuras humanas plasmadas en los azulejos de Talavera de su fachada (Costo: adultos por 30 pesos, miércoles entrada gratuita).
