Sao Paulo.- Miles de personas protestaron hoy en Guarulhos, la segunda ciudad más poblada del estado de Sao Paulo, bloquearon varias vías y se enfrentaron a la Policía en contra de la tarifa del peaje en este territorio.
La guardia civil municipal lanzó bombas lacrimógenas y disparó balas de gomas contra los manifestantes, que trataron de invadir la sede de la Prefectura.
Tres personas, entre ellas un fotógrafo, resultaron heridas durante este choque, mientras cientos de personas bloquearon durante tres horas la vía Dutra, según reportes policiales.
Agentes del orden confirmaron que los manifestantes incendiaron un ómnibus y una patrulla de tránsito fue atacada esta noche en el kilómetro 22 de la arteria Dutra.
Los ciudadanos de esa localidad reclaman una disminución del precio del peaje, cuya tarifa actual asciende a seis reales (unos tres dólares) para los autos livianos.
Además de Guarulhos, ocurrieron también movilizaciones en los municipios de Cajamar, Valinhos y Campinas, ubicados todos en el estado de Sao Paulo.
En Río de Janeiro, unas 500 personas marcharon desde la Iglesia la Candelaria hasta la Plaza de Cinelandia en defensa de los derechos de los transexuales, homosexuales y bisexuales.
La manifestación se registró después de que la presidenta del país, Dilma Rousseff, se reuniera en Brasilia con representantes de movimientos gay y respaldara la aprobación de un proyecto de ley de Identidad de Género.
Otras protestas se registraron en Vitoria, la capital del estado de Espírito Santo; en varias ciudades de Mato Grosso; en Porto Alegre, Minas Gerais; y en Natal, Río Grande del Norte; en demanda de una educación y salud de calidad y contra el elevado gasto público empleado en la organización de la Copa Confederaciones y el Mundial de fútbol de 2014.
En este contexto, el Comité Popular de la Copa del Mundo y de las olimpíadas de 2016 en Rio de Janeiro anunció que prepara una gran manifestación para el domingo en los alrededores del estadio Maracaná, donde se celebrará la final del torneo de Confederaciones entre los seleccionados de España y Brasil.
Ese Comité rechaza el proceso de urbanización de Rio para los megaeventos, que incluyó desalojos forzosos de personas y violaciones de derechos humanos, así como la privatización del Maracaná.
