El Cairo.- Largas filas de votantes esperan hoy en esta capital y otras nueve de las 27 provincias en que está dividido Egipto para pronunciarse sobre el proyecto constitucional, causa de discordia entre las fuerzas políticas y sociales del país.
El presidente egipcio, Mohamed Morsi, fue uno de los primeros votantes en un centro de Heliópolis, el distrito capitalino donde está el Palacio Presidencial, escenario de violentos disturbios desde hace casi dos semanas.
La votación será realizada en dos segmentos, hoy y el sábado próximo, al parecer debido a la escasez de jueces disponibles para certificar los resultados, debido a una huelga de cientos de magistrados.
Soldados en uniforme de campaña armados con fusiles AK47 custodian un colegio electoral en Zamalek, una isla en medio del río Nilo, donde una parte importante de los sufragantes dijeron a Prensa Latina que se manifestarán por el no.
Sendos contingentes de 130 mil policías y 120 mil militares, estos últimos con autoridad para practicar arrestos por una reciente decisión presidencial, han sido movilizados para proteger los centros de votación, los edificios públicos y preservar el orden público, en previsión de disturbios, como los registrados días atrás.
Uno de los votantes que declinó identificarse, dijo que dirá no al proyecto de Carta Magna «porque los Ajuan (Hermanos Musulmanes, islamistas) tienen demasiados artículos que los favorecen», lo que lo hace temer por el futuro ordenamiento social del país.
En una fila separada, como establecen las regulaciones, un grupo de mujeres esperan para depositar su boleta; en su inmensa mayoría comparten la opinión expresada por Yusria Talek, una profesional de alrededor de 30 años, cuya oposición se basa en que «los salafistas y los Hermanos Musulmanes hacen campaña a favor de la Constitución diciendo que votar sí es pronunciarse por Dios.
«Estoy en contra de ese concepto, y estoy en contra de que la Charia (ley islámica) sea la fuente de jurisprudencia del país», añade, antes de quejarse además de que hubo poco tiempo para estudiar el texto y formarse un criterio.
En una tercera fila, la reservada a los adultos mayores, Ibrahim Mohamed tiene una opinión por completo contraria: «Voy a votar por el proyecto porque quiero la estabilidad y la Constitución es la garantía de la tranquilidad para el país y por la reconstrucción».
El referendo, del que es muy probable que el proyecto salga aprobado, sigue siendo la principal causa de pugna entre el presidente y sus opositores los cuales han advertido que están dispuestos a llegar a la desobediencia civil para abrogarla y sea conformada otra Asamblea Constituyente que produzca un texto de consenso.
Representantes de organizaciones sociales expresan temores de que la nueva Carta Magna retrotraiga al país «a los tiempos en que los miembros de minorías confesionales eran arrestados por razones religiosas», una situación que Egipto no padece desde la revolución nasserista de 1952.