Berlín.- El Museo de Etnología de Hamburgo inaugura hoy una amplia exposición sobre 5.000 años de cultura nómada y su interacción con las sociedades asentadas en un ámbito geográfico que abarca desde Marruecos hasta el Tíbet y Siberia.
La muestra, titulada «Nómadas en un mundo asentado», narra en una superficie de 1.000 metros cuadrados que incluyen salas de exposiciones permanentes, diferentes aspectos de las tensiones entre pueblos nómadas y asentados, entre diferentes culturas, modos de vida, formas de economía y estructuras políticas.
«La presentación trata de reflejar la forma de pensar de los nómadas. El público recorren el edificio y vive el tema con toda la flexibilidad y movilidad que caracterizan al pueblo nómada», subraya Annegret Nippa, responsable de la exposición y directora en funciones del Instituto de Etnología de la Universidad de Leipzig.
Para los organizadores de la muestra, realizada desde un enfoque interdisciplinario, era importante resaltar la «relación directa» con los «correspondientes discursos» de la sociedad actual.
Así, por ejemplo, muchos artistas contemporáneos se identifican con el espíritu nómada, lo cual demuestra la importancia en nuestra sociedad de ser móvil y flexible.
Por otra parte, esta exposición refleja con ejemplos como la concesión de la ciudadanía romana a los nómadas que el debate actual sobre inmigración e integración no es un fenómeno nuevo, que lo «extraño» siempre ha existido y que las sociedades siempre han estado compuestas por diversas culturas y formas de vida.
Uno de los apartados de la muestra se centra en «el ámbito más importante de interacción entre pueblos nómadas y asentados desde tiempos primitivos, el comercio», una «relación complementaria» que «continúa vigente hasta nuestros días y en todos las zonas geográficas analizadas».
Otro capítulo aborda la relación de los nómadas con la naturaleza y los animales de su entorno como base de su economía.
En este sentido, los ejemplos extraídos de once años de investigación demuestran que los pueblos nómadas contaban para ello con un profundo conocimiento de la humanidad y de su entorno vital.
Así, no eran incultos ni ignorantes, como pensaban las sociedades asentadas, subraya Andreea Bretan, colaboradora del Instituto de Etnología y comisaria junto a Nippa de esta muestra.
Por otra parte, la exposición refleja que la historia de la interacción entre pueblos nómadas y sociedades asentadas siempre ha sido una historia de muestras de poder, intereses en contradicción y conflictos que pueden llegar hasta la guerra como posible método de sumisión o integración.
Esta muestra, que puede verse hasta el próximo 20 de mayo, es el resultado de once años de estudio de un proyecto integrado por arqueólogos, etnólogos, geógrafos, historiadores y expertos en oriente de varias instituciones germanas.
