Los cristianos evangélicos han tenido un gran avance en nuestra sociedad hasta el punto que algunos investigadores sociales hablan de que ya conforman entre el 20 y el 30% de la población dominicana. Eso implica nuevos y grandes retos para el liderazgo evangélico.
La población que ha decidido asumir a Jesús como su Señor y Salvador, y que ha tomado el camino de la fe a través del cristianismo evangélico, ha crecido bastante en los últimos anos. Y esto ha generado que dicha población se haya convertido en factor de importancia no sólo espiritual, que es lo más importante, sino también social, política y económica.
Hoy día, y de acuerdo a cálculos conservadores, los evangélicos representamos entre el 20 y el 30% de la población dominicana, es decir, entre 2 y 3 millones de personas. Este crecimiento ha sido fruto en primer lugar de la voluntad de Dios, quien decide y dispone todo lo que sucede en nuestras vidas, y quien se convierte en la vía más segura para enfrentar la grave crisis de valores que afecta a nuestra sociedad.
Mucha gente que siente que su vida no tiene sentido y que los graves problemas cotidianos lo acogotan y lo aniquilan, al decidir asumir a Jesús en su corazón encuentran una nueva vida y una paz que «sobrepasa todo entendimiento», como dice el apóstol Pablo en Filipenses 4:7.
En segundo lugar, ese crecimiento ha sido resultado de una gran vocación de entrega, trabajo y sacrificio por parte de un grupo de líderes que han dirigido sus congregaciones entregando todo por el Señor. En los actuales momentos y fruto de esta nueva realidad que vive el pueblo evangélico, ese liderazgo tiene grande retos que asumir para seguir sembrando y ampliando los principios de Jesús en nuestra nación y en los corazones de todos los dominicanos.
La pasada semana participé junto a los profesionales Bienvenido Álvarez Vega y Rafael Acevedo, en un interesante encuentro organizado por la Mesa de Diálogo del Liderazgo Evangélico, para analizar la imagen de los cristianos evangélicos en la sociedad dominicana.
Allí expresé que es necesario mostrar una mayor imagen de unidad entre todos los sectores evangélicos dominicanos, coordinar nuestra acción de manera conjunta, expresar las posiciones de los evangélicos de manera institucional, definir claramente una política de relación con el gobierno y el estado dominicano, trabajar para que nuestros líderes influyan en la sociedad dominicana en todos los órdenes, ampliar la presencia en los medios de comunicación y en sectores como el deporte, el espectáculo, la política y donde quiera que haya contingentes humanos que necesiten la palabra de Dios para encontrar el camino de la salvación. Y esta nueva etapa de los cristianos augura nuevas metas y nuevas victorias.
Pero al asumirlas, ese liderazgo cristiano debe estar lleno de humildad y trabajando con mucho amor consciente que, como dice Proverbios 21:31, «el caballo se alista para el día de la batalla; Mas Jehová es el que da la victoria».
Euri Cabral
Es Comunicador y Economista
euricabral07@gmail.com <mailto:euricabral07@gmail.com >




