El ministro de Educación, Melanio Paredes, informó este lunes que esa entidad tomó todas las medidas necesarias en las más de 5 mil escuelas del sector público para que los directores de los centros no realicen ningún tipo de cobro por los servicios y mantenimiento las instituciones.
Paredes indicó que el Ministerio de Educación suplió, hace 15 días, todas las regionales del interior, al igual que las de Santo Domingo, para que los directores y el personal educativo se limiten a realizar cobros por los servicios, ya que son ilegales.
El funcionario afirmó que los padres de los tres millones de estudiantes que iniciarán la docencia el próximo martes 17 de agosto, no tienen que pagar nada en la escuela públicas, ya que el servicio es totalmente gratis en la República Dominicana y que la nueva Constitución se extendió ese derechos hasta el cuarto de bachillerato.
“No debe cobrársele a ninguna familia dominicana asociada al servicio educativo público, ni la inscripción, ni la matriculación, ni la asistencia para las pruebas nacionales, ni el certificado ya que es absolutamente es gratuito”, resaltó Paredes.
Dijo que estar consciente que tradicionalmente se realizaba el cobro para cubrir la falta del Estado y del Gobierno de proveer los insumos suficientes para que la escuela tuviera al menos higienizadas.
Reiteró que en las cinco mil escuelas públicas han distribuido detergentes, cloros, suapers y escobillones para que nadie tome como excusas esos elementos para realizar cobros a los padres de los estudiantes.
Informó que el Ministerio de Educación ha distribuido RD$25 millones de pesos a las juntas descentralizadas regionales y el distrito que utilizan estos recursos para algunas reparaciones menores de los planteles.
Basura en los planteles
El ministro de Educación, Melanio Paredes, llamó a los ayuntamientos y a las familias a unir esfuerzo para evitar que desaprensivos, utilicen los alrededores de la escuela para colocar los desperdicios sólidos, ya que esta situación provocaría enfermedades en la misma.
Dijo que es una acción desalmada que una persona lance desperdicios al lado de un plantel educativo, tal vez, porque no sabe el valor que debe tener la escuela para su comunidad y sus propios hijos.
