Nueva York.- Los hombres que toman un café por la mañana pueden seguir haciéndolo sin preocupaciones. Una revisión de 12 estudios publicados reveló que los amantes de la infusión no son más propensos que el resto a desarrollar cáncer de próstata.
Los resultados, publicados en BJU International, se suman al contradictorio cuerpo de evidencias acerca de la relación entre el café y el aumento o la reducción del riesgo de cáncer.
Hace un mes, un estudio demostró que los bebedores de café tenían menos riesgo de desarrollar cánceres de cuello y cabeza que los que no lo consumían.
Estudios previos sobre el cáncer de próstata obtuvieron resultados contradictorios: algunos hallaron que el alto consumo de café elevaba el riesgo de desarrollar la enfermedad, mientras que otros no pudieron identificar esa relación.
Ahora, el equipo de Chang-Hae Park, del Centro Nacional de Oncología de Goyang, en Corea del Sur, revisó los resultados de 12 estudios previos y no pudo hallar una relación sólida entre los hábitos de consumo de café en los hombres y el riesgo de desarrollar cáncer de próstata.
El diseño de los estudios revisados podría explicar las diferencias entre los resultados.
Ocho estudios eran caso-control, es decir, comparan a personas con la enfermedad con personas saludables de la misma edad y sexo. Pero tienen ciertas limitaciones, como el hecho de que los participantes deben recordar sus hábitos de vida pasados.
Como el consumo de café es considerado un hábito poco saludable, por ejemplo, los pacientes con cáncer prostático podrían recordar un mayor consumo que el real. En cambio, los participantes sanos tendrían una mejor opinión sobre sus estilos de vida.
Cuando el equipo de Park se concentró sólo en ese tipo de estudios, observó una relación entre el alto consumo de café y el aumento del riesgo de desarrollar el cáncer. Pero eso no ocurrió en los otros cuatro estudios, que fueron de cohorte.
En este tipo de investigaciones, hombres sin cáncer de próstata responden sobre sus hábitos con el café y son seguidos en el tiempo para identificar cuáles desarrollan la enfermedad.
Estos estudios aportan evidencias más sólidas de la relación, o su ausencia, entre una "exposición" (en este caso, el consumo de café) y el riesgo de enfermedad que los estudios caso-control.