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Turismo de naturaleza en áreas protegidas diversifica oferta RD

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La República Dominicana como destino turístico fue ganando terreno en el mapa mundial a partir del 1940, pero es el 1968 uno de los años más importantes para el sector,  pues allí  se creó la legislación que declara de interés nacional el desarrollo turístico.
 
Luego de varias décadas de esfuerzo público y privado, desaciertos y aciertos, son visibles los resultados positivos; desde entonces el turismo se ha convertido en la principal fuente de ingresos de la economía dominicana, y muestra de esto es que el 2016 cerró con una contribución de un 16% al Producto Interno Bruto (PIB) de manera directa e inducida.
 
Lo anterior lo resaltan los datos emitidos por Asociación de Hoteles y el Ministerio de Turismo de República Dominicana, los cuales son refrendados por la Organización Mundial de Turismo y Fondo Monetario Internacional cuando revelan que Quisqueya es uno de los países con mayor porcentaje del PIB prevenientes del sector.
Desde entonces el turismo en la isla había estado enfocado en destinos de sol y playa, pero de forma paulatina, tal como ha pasado a nivel mundial, el número de visitantes orientados a la naturaleza ha ido en aumento, desarrollándose de este modo, el turismo en áreas protegidas o conocido popularmente como ecoturismo y que según la Sociedad Internacional de Ecoturismo (TIES), a partir de los años 1990 ha mantenido un crecimiento ininterrumpido de 20% al 34% anual.
 
Datos a destacar
 
Según los últimos datos emitidos por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, las áreas protegidas del país registraron 6.7 millones de visitas en los últimos tres años.
 
Las escapadas turísticas alternativas, basadas en el turismo de naturaleza, están diversificando la oferta turística dominicana, con 128 áreas protegidas que abarcan más del equivalente al 25% del territorio nacional.
 
Entre ellas se enlistan reservas científicas, parques nacionales, monumentos naturales, refugios de vida silvestre, vías panorámicas, santuarios de mamíferos, santuarios marinos, reservas biológicas, áreas nacionales de recreo y corredores ecológicos.
 
A estos detalles se le agrega que República Dominicana es también el país con la más alta biodiversidad de las Antillas, ocupa el tercer lugar en biodiversidad por área, si se lo compara con las islas de la región. Posee el punto más bajo, el Lago Enriquillo, y el más alto, el Pico Duarte de las Antillas.
 
Otras particularidades de la isla que generan especial interés para el turismo de naturaleza, incluyen la presencia de tres cadenas montañosas que atraviesan la isla, generando una alta diversidad geomorfológica y paisajística, donde se puede encontrar vegetación de los Andes (en Valle Nuevo), una de las cascadas más altas del Caribe (Agua Blanca de Constanza con 83 metros de alto), arte rupestre en cuevas (Parque Nacional Cotubanama, anteriormente conocido como Parque Nacional del Este y el de Los Haitises). El Banco de la Plata y la Navidad es punto del Caribe donde se presencia el más alto nivel de avistamiento de ballenas.
 
Las actividades asociadas con la experiencia en ambientes naturales se vuelven cada vez más populares, acampar en un parque nacional o una reserva científica, detenerse en el pico de una montaña simplemente para ver el amanecer o un atardecer, escuchar el sonido de las aves, respirar aire puro y darse un chapuzón en la playa, los saltos, cascadas y ríos se ha convertido en una aventura única.
 
Áreas protegidas recomendadas
 
Las visitas que más he disfrutado en los últimos meses y que recomiendo una y otra vez son: Los Haitises, Valle Nuevo, Jaragua, Lago Enriquillo, Saltos de Damajagua, Salto de Jimenoa, Salto de Socoa, Santuario Marino Banco de Plata y la Navidad, el Morro Monte Cristi y Salto El Limón, que a propósito es uno de los mayores ejemplos de la creciente demanda y durante el año 2016 recibió 55,000.00 visitantes.
Oportunidades
 
1- Incremento económico: El turismo de naturaleza es una brecha para inducir al desarrollo sustentable, es una oportunidad para generar ingresos a las comunidades ubicadas alrededor de las áreas protegidas, un ejemplo fantástico son los casos de Noruega, Colombia, Brasil, Costa Rica y Perú.
 
2- Sensibilización: Al incentivar las visitas a las áreas protegidas, se puede aprovechar y educar sobre el uso sostenible de los recursos naturales a través de arduas campañas que animen a los turistas a disfrutarlos sin comprometer las generaciones futuras.
 
Desafíos
El turismo en masa es la principal amenaza en la degradación de los recursos naturales y lamentablemente el manejo de los impactos del turismo en estos lugares ha sido incipiente porque no cuentan con un sistema de gestión de visitantes apropiado, ni con recursos suficientes para monitorear los impactos causados por la actividad turística con mecanismos que permitan implementar medidas correctivas.
 
Actualmente más del 90% de las áreas protegidas no cuentan con un plan de manejo o están desactualizados y las que tienen, no pueden implementarlo a cabalidad por falta de recursos y la necesidad de incorporar los planes operativos anuales en el presupuesto sectorial del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
 
El Ministerio de Medio Ambiente, como organismo rector de la preservación de las áreas protegidas, tiene la responsabilidad de elaborar y ejecutar planes de manejo y gestión, con la  participación de diversos sectores, en especial con el Ministerio  de Turismo.
 
Con medidas de manejo y monitoreo adecuados, el impacto negativo  sobre los recursos naturales puede ser minimizado y establecer los límites de cambios aceptables, siempre tratando de lograr que no se modifique, ni ponga en riesgo.
 
Cada ciudadano tiene la oportunidad de visitar estas áreas y es responsable de contribuir en su preservación, haciendo un uso sostenible de los recursos. “Trata de dejarlas igual o mejor que como las encontraste, no peor”.
 
Agradecemos a quienes colaboraron  en la redacción de este reportaje: Yolanda León, presidenta del Grupo Jaragua; Francisco Arnemann, director ejecutivo ProNatura; Salvador Alcalá, propietario de Rancho Parada la Manzana Salto del Limón, Jonathan Delance, coordinador Proyecto Biodiversidad Costera y Turismo; Omar Shamir Reynoso, biólogo marino.
 
Autora: Miosotis Batista. Tomado de elnuevodiario.com.do

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