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Las legumbres, «superalimentos» presentes en la dieta

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Las leguminosas son parte fundamental de la dieta mediterránea, son una fuente fundamental de proteínas vegetales, aminoácidos y otros nutrientes esenciales que las convierte en un alimento completo y básico en la dieta, «son superalimentos que estaban en nuestra dietas, pero que cada vez son menos consumidas», afirma Alfonso Clemente, presidente de la Asociación Española de Leguminosas.
 
Sin embargo, «en las últimas décadas, desde los años 80 el consumo de legumbres al año ha descendido de 9 kilos a los 3,1 que se consumen ahora por persona», explica en una entrevista, con motivo de la presentación este martes de la obra ‘Las legumbres’, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)y Los Libros de la Catarata, que se presenta con motivo de Día Internacional de las Legumbres que se celebra este miércoles.
 
Concretamente, añade, «actualmente en España se consume 1,4 raciones por personas y semana, lo que está «muy por debajo de las recomendaciones de las distintas agencias de Nutrición y Salud que aconsejan un consumo de 3 raciones por semana, que son las que están asociadas a propiedades beneficiosas en salud cardiovascular».
 
Las legumbres son ricas en unos carbohidratos de digestión lenta entre los cuales se incluye la fibra soluble y el almidón resistente a digestión. «Debido a este contenido en carbohidratos las legumbres pueden ser tomadas por pacientes diabéticos que tienen un índice glucémico muy bajo y eso es debido a que no son digeridas en su totalidad, sino en poca proporción tras la ingesta, con lo cual pueden llegar al intestino grueso donde es parcialmente fermentado por nuestra microbiota y produce una serie de compuestos beneficiosos».
 
Según explica Clemente, quien además es científico titular en la Estación EXperimental del Zaidín (EEZ, Granada) del CSIC, desde el punto de vista de salud existen cuatro grandes bloques que destacar en el papel que pueden jugar las legumbres: en salud cardiovascular, en la obesidad y control de peso, en la diabetes y en la salud gastrointestinal.
 
En cuanto a la primera, se ha observado que la ingesta de legumbres reduce la presión sanguínea, la reducción de tejidos adiposo, y de colesterol y trigliceridos; respecto a la obesidad, se ha observado que incrementa el periodo de saciedad y regula las hormonas digestivas; mientras que para la salud digestiva las legumbres han demostrado que tienen un contenido bifidogénico.
 
«Otro componente importante de las legumbres es la fibra insoluble que lo que hace es aumentar la motilidad intestinal; tiene unas proteínas como son los inhibidores del tipo factor Bowman-Birk y péptido como la lunasina que tienen demostradas propiedades antiinflamatorias y anticancerígenas; y además son ricas en vitamina B y algunos minerales como el hierro, el calcio y el zinc», añade.
 
A su juicio, «son superalimentos que están en nuestra dieta mediterránea, pero cada vez son menos consumidas». Por eso, afirma, «hay que recuperar nuestros hábitos de consumo, lo que comíamos de pequeños no se los estamos enseñando a nuestros hijos, de alguna manera habría que reeducar a los padres para aumentar el consumo de legumbres en el hogar».
 
La legumbre y la agricultura
La publicación, de carácter divulgativo, incluye artículos realizados por 40 investigadores con los últimos estudios sobre estas leguminosas y sus aportaciones a una nutrición saludable, una producción agroalimentaria sostenible o a la mitigación del cambio climático, la cocina, sin olvidar su papel tanto en la gastronomía tradicional como en la más innovadora.
 
«Es un proyecto ambicioso que trata a la leguminosa de manera transversal», señala Clemente en una entrevista, quien destaca que este libro es la culminación del Año Internacional de las Legumbre, designado en 2016 por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
 
Más allá de sus beneficios para la salud, el experto recuerda que as legumbres contribuyen a la seguridad alimentaria a todos los niveles, sobre todo en los países en desarrollo donde «tienen un papel importantísimo en la nutrición de numerosos países en desarrollo y juega un papel primordial en la lucha contra el hambre ya que es una fuente muy importante de proteínas».
 
Asimismo, las legumbres fomentan la agricultura sostenible y contribuyen a la mitigación del cambio climático y, como explica, su capacidad para fijar el nitrógeno puede mejorar la fertilidad del suelo y reducir la huella de carbono.
 
«Esto permite la rotación de cultivos sin necesidad de abonar de manera exhaustiva el terreno, con lo que desde el punto de vista medioambiental son muy beneficiosas», explica.
 
Lamentablemente, afirma que «el cultivo de las leguminosas ha descendido mucho en nuestros campos en valores superiores a un 60%». «Desde hace siglos ha formado parte de nuestro entorno y en la actualidad ha perdido parte de ese papel por la exportación masiva de soja, lo cual lo están sufriendo por un lado nuestros suelos y, por otro lado, el desarrollo rural».
 
Además, en España, existen diez tipos de legumbres con calidad diferenciada: dos con Denominación de Origen Protegida y ocho con Indicación Geográfica Protegida. «Muchas de nuestras legumbres son muy codiciadas», concluye el presidente de la AEL, una entidad sin ánimo de lucro, constituida para el apoyo, promoción e información sobre las Leguminosas en España.

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