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Ingesta sustancias cáusticas por niños ¿dejadez u olvido?

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Con tan solo tres años de edad, Carolina Soto (nombre ficticio), ingirió una gran cantidad de cemento por lo que tuvo que ser llevada de urgencia al hospital Robert Reíd Cabral, donde afortunadamente le salvaron la vida.
 
Según contaron sus padres la menor se encontraba jugando en la casa y en un abrir y cerrar de ojos detectaron que tenía una sustancia tóxica en su boca.
 
“Al instante no sabíamos que era ni que hacer, pues habían varios envasases con los que ella jugaba que estaban abiertos, pero alguien exclamó que era cemento, por lo que procedimos a darle leche”, dijeron.
 
Miguelina Cabrera, jefa del Servicio de Gastroenterología del Robert Reíd, explicó que al darle leche el cemento se volvió una pasta en su estómago, situación que empeoró la salud de la infante.
 
“Este caso fue muy notable y hasta cierto punto jocoso, pues a todo el cuerpo médico de turno nos llamó la atención por su particularidad, ya que la ingesta de pilas de control y reloj, llaveros, líquidos de limpiezas y monedas; entre otros, son las sustancias más comunes por las que recibimos niños en este hospital”, reseño la galena.
 
Al referir el caso, la especialista se preguntó ¿Si lo que está pasando en el país es negligencia o descuido? Y opinó que en los hogares se acostumbra a echar productos alcalinos en envases no característicos de estos, lo que favorece que los niños lo ingieran, por lo que aconsejó no recurrir a esta práctica y mantener este tipo de sustancias fuera del alcance de los niños.
 
Abundó, la especialista, que cuando ocurren estos hechos, de forma errónea, muchos adultos dan a beber agua o leche a los pequeños o intentan provocarles vómito, lo que dijo son maniobras equivocadas.
 
Suceso como el de la infante Carolina Soto acontecen por descuido o dejadez y cerca del 50% de las familias toman medidas contraindicadas que pueden ocasionar lesiones digestivas graves: “Al provocar el vómito, el afectado sufre dos veces el paso de la sustancia por el esófago y se incrementa el riesgo de lesionar el tracto digestivo”.
 
De acuerdo a la entendida, las estadísticas registradas durante el primer año de apertura de la Unidad Endoscópica del Robert Reíd, muestran que de un total de 296 procedimientos realizados, 155 involucran pacientes que ingirieron algún tipo de sustancias cáusticas y cuerpos extraños, lo que representa más del 50% de los casos atendidos.
 
En su mayoría, esto ocurre en menores de cinco años, quienes al explorar consumen de manera fortuita estos líquidos tóxicos. “En esta edad es cuando ellos exploran su entorno, sin ser conscientes de los peligros que les acechan”.
 
Cualquier descuido en la vigilancia de los pequeños o en guardar estos productos fuera de su recipiente original puede provocar los citados accidentes.
 
La cantidad de niños que llegan a centros médicos por haber ingerido ácidos y químicos dañinos es alarmante, y los bebidos con más frecuencia por los menores son legía, ácido muriático, limpiadores de estufas y hasta baterías o pilas de radio.
 
La doctora Cabrera instó a los padres y la población en general a estar pendiente de los niños, debido al peligro que esto representa. “No podemos a todos hacerle un trasplante de esófago no tanto por lo económico, sino porque avances las condiciones del paciente no lo permite”.
 
Expuso que los niños son traviesos por naturaleza y la curiosidad forma parte de su desarrollo psicomotor. Empero afirmó que los adultos de la casa son los responsables de crear un ambiente de seguridad y librarlos de accidentes domésticos que atenten contra su bienestar integral.
 
Aconsejó a las madres a mantener esos productos bajo llave, en gavetas y closet cerrados, que garanticen que los pequeños no los toquen.
 
En caso de que se encuentren en esa situación, sugirió acudir rápido y con urgencia a u hospital con la sustancia ingerida, ya sea en su envase original o en otro, si se ha cambiado y no dar nada de beber ni de comer al afectado.
 
El doctor José Miguel Ferreras, director del Robert Reíd, opinó que ante la frecuencia de estos casos es necesario empoderar a los padres y la población en general; y que desde el Ministerio de Salud se desarrollen campañas de prevención para evitar esa situación.
 
“Hechos como estos evidencian la desprotección en que se encuentra la niñez del país”, apuntó Ferreras, quien calificó preocupante la cifra de casos.

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