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Ramón Velázquez

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Los productos dominicanos llegaron a la ciudad de Miami a principio de los años 80 y lo hicieron de la mano del comerciante dominicano Ramón Velázquez, quien no escatimó esfuerzos para que estos rápidamente se comercializaran en las ciudades de Orlando, Tampa, Nueva York, Nueva Jersey y Atlanta.
 
Durante una entrevista con la sección Diáspora Dominicana, que lo escogió como “Orgullo Dominicano”, el señor Velázquez, quien no explica desde los primeros productos que llevó a Miami, hasta la manera en que consiguió su primer vehículo.
 
Según nos cuenta Velázquez, los primeros cinco salamis que trajo a Miami duraron en el establecimiento La Placita Dominicana, menos que una cucaracha en un gallinero: se vendieron como el pan caliente.
 
A continuación, la transcripción del audio ofrecido por Ramón Velázquez, nuestro orgullo dominicano.
 
“Yo vine aquí el 10 de julio de 1979, a partir del 82 comencé un pequeño negocio y le puse por nombre “Dominican Products”, pero no estaba oficializado. Antes de eso recuerdo que en la 17 avenidas con 35 calles, fundé un pequeño negocio con el señor Lemonier, le pusimos por nombre Novedades Dominicanas, vendíamos pasajes, principalmente de Dominicana de Aviación, vendíamos souvenille, banderas, tamboritas, ect… Nos mantuvimos por poco tiempo ahí; yo me fui a Santo Domingo un tiempo y luego volví; entonces, conseguí un trabajo en la planta de basura y al cabo de dos o tres años volví de nuevo al negocio y ahí fundé Dominican Products”.
 
“Dominican Products es un negocio de importar productos esencialmente dominicanos, hechos allá. Nosotros hemos venido supliendo nuestra gente por hace cerca de 30 años”.
 
El motivo
“Al lado de mi casa en Santo Domingo había una carnicería y yo me sentaba allí en las mañanas a leer el periódico y a hablar con algunas personas. Veía que el salami estaba colgado y me dije ¿ven acá, pero el salami puede ser que se venda en Miami? Yo recuerdo que en un viaje que yo di, llegué a Miami como a las 2:00pm y traje 5 salamis y me paré en La Placita y le dije a mi amigo Felipe que le traje esos cinco salamis para que tú lo vendas y él (…), me dijo “tú eres loco, aquí hay muchos salamis buenos y mucho jamón bueno”. Le dije que se lo iba a dar a 10 pesos, que me iba a acostar para mi casa y que cuando lo vendiera me pagara los 50 pesos. Cuando me estoy quitando los zapatos para acostarme, Felipe me llama rápido para que vaya a cobrar mis 50 pesos y le llevara 10 salamis más, pero yo solo había traído 5.
 
Me hizo un encargo: “Cuando tú vengas, tráeme 20” y así lo hice. Y en dos o tres días lo vendió, le gustó el negocito a él y a mí también. Terminé vendiéndole a Felipe 300 salamis mensualmente. Yo me dije, bueno con este dinerito voy a hacer lo que yo quiero, que es formalizar Dominican Products. Lo junté y traje varios pares de mercancías variadas. Al cabo de un tiempo traje furgones de 20 pies, después de 40 y así me he mantenido.
 
Recuerda que para esa época, a pesar de que había pocos dominicanos y pocas bodegas dominicanas destacadas, solo estaba La Placita Dominicana, y a pesar de que era su negocio era muy pequeño, ya compraba miles de pesos en productos dominicanos…
 
Nostalgia…
Velázquez recuerda que cuando llegó a Allapattah, aquello era como un desierto, yo pensaba que iba a encontrar muchos Mercedes Benz; las casas no tenían verja en su gran mayoría y cualquiera te regalaba un vehículo. De hecho, mi primer vehículo me lo regaló un amigo dominicano que se iba a mudar para Nueva York, ahí fue que aprendí a manejar.

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