Lo bueno, todo lo que se conforme a la naturaleza y es favorable para la vida. No hay nada bueno fuera de lo honesto. Debemos vivir de tal manera que el tránsito terrenal sea una fraternidad. Cuando surgen casos de soborno, peculado y sobrevaluación, lo correcto es ventilarlo en la justicia. El ciudadano debe ser el cambio que desea ver. Cicerón entendía la corrupción como un verdadero cáncer que devoraba el corazón de un estado.
Durante el año 1954 en Washington D.C., Estados Unidos, los viernes en la noche por la televisión el simpático Groucho Mark, entre expresiones chistosas decía: El secreto de toda vida bien vivida es la honestidad.
El corrupto, eterno insatisfecho, obtiene mucho más de lo que tiene, pero, no es feliz por desear más. Está en sinrazón, prisionero, esclavo de lo mal habido y hace daños a los demás. El hijo de la pasión enriquecedora nunca tendrá límites, lo que lo elija de una buena conducta humana no comprende que la ley de Dios es inevitable y todo lo mal hecho es inocultable. Una constante ambición conduce forzosamente a la eterna ruina.
La participación en procura de la Ley de Partidos Políticos, nos recuerda que en Atenas los ciudadanos participaban de la asamblea. Ser buen ciudadano era seguramente difícil de diferenciar de ser un buen político. Es posible que por esto Protágoras utilice como sinónimos. virtud política y virtud humana.
Hoy los dejo con Séneca: Ls cosas que mucho saben, al mejor tiempo cae.
* El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana
Meditabundo. Cortos
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