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Guardemos harina para el pan de mayo…

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Escuché esa frase en mi natal San Pedro de Macorís por boca de mis abuelos. Lo de la harina se refiere a que había que almacenarla pues los torrenciales aguaceros no permitían salir a comprarla y el pan se horneaba en las casas.
 
Mayo, históricamente es un mes lluvioso en el que solíamos capturar cangrejos, llamados “palomas de cuevas”, pues al llenarse de agua sus agujeros solían salir de los mismos y eran más fáciles de atrapar.
 
Esta aparente digresión viene a cuenta pues muy pronto tendremos la temporada ciclónica y al hecho de que acabo de regresar de La Habana, donde existe una gran experiencia en las acciones de prevención e intervención de desastres.
 
Allí, mi profesor, el Dr. Ricardo GonzálezMenéndez, me entregó, dedicado, uno de sus libros: “La psicoterapia con víctimas de desastres”.
 
Este catedrático emérito de la Universidad de La Habana ha escrito lo que copio fiel en los tres párrafos siguientes:
 
“Los desastres son desgracias de aparición súbita y de carácter incontrolables que afectan al mismo tiempo a un número elevado de personas, con pérdidas de vidas, pertenencias, hogares e infraestructuras de subsistencias, por lo que su enfrentamiento exitoso supera con mucho los recursos comunitarios, y requiere habitualmente el apoyo de otras zonas del país, otras naciones o a veces de la comunidad mundial.
 
“Estas experiencias catastróficas ya sean por causas naturales o vinculadas a errores o decisiones humanas, se caracterizan por masividad, pánico, desamparo, incertidumbre, muertes y duelos, así como por patrones inadaptativos de enfrentamiento entre los que se cuentan la culpa ante la supervivencia y la hostilidad explicita hacia los excluidos de la desgracia.
 
La ocurrencia anual de desastres que afectan a más de 100 millones personas se ha incrementado a nivel mundial, desde un centenar en los años 60 a más de quinientos en el mundo de hoy y su atención idónea, desde diferentes perfiles de trabajo, implica un proceso de planificación y entrenamiento continuado, para hacer más efectiva la ayuda.
 
Millones de Seres humanos viven en zonas de riesgo y habitan destartaladas e inseguras viviendas”.
 
En pocos días en República Dominicana estaremos reactivando el Comité Nacional de Emergencias, un probado equipo multisectorial que incluye:
Recursos Humanos, entre ellos personal sanitario, socorristas, Fuerzas Armadas y los héroes anónimos: el voluntariado.
 
Recursos físicos: albergues para los evacuados en prevención de inundaciones y otras contingencias, los vehículos por aire, mar y tierra, y sobre todo el exitoso 911.
Insumos: alimentos, medicina, colchones, frazadas, mosquiteros, retretes desechables, etc.
 
Papel protagónico en la educación masiva: los medios de comunicación, que evitarán la creación de incertidumbres por espectacularidad noticiosa.
 
En la recién Semana Santa, los organismos de orientación de los medios de comunicación instaron a no divulgar el número de muertes y afectaciones diversas hasta el lunes subsiguiente con lo cual estuve de acuerdo.
 
Quiero privilegiar la atención psicosocial en los equipos de salud en donde personal especializado como psicólogos deben dar apoyo y orientación a los afectados por ataques de pánico, duelo por pérdidas de familiares o propiedades y afecciones de carácter emocional de diferentes índoles y etiología. Preparémonos con tiempo y a tiempo.
 
Los abuelos nos recuerdan: “No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.”…

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