“Hay hombre que van subiendo
Cuanto más su ataúd baja….”
Manuel del Cabral
Hace unos días y un temporal lluviosos de lágrimas y penumbras que Don Quintino Solano, aquel transparente ser humano, hombre de follajes verdecidos de ideas políticas resplandecientes. Murió en la paz del señor, no en la desesperación del corrupto dolor. Desde muy joven acampo en la muchedumbre.
Que sería de la Patria, sino fuera por la perenne existencia de estos jornaleros de la libertad y el amor a su prójimo. Como también por el verde junco que soporta el muro de nuestra historiografía de lucha y sacrificio por la implantación de verdaderos regímenes democráticos. Sin rentar nuestras huellas por este laberinto de banderas inmortales. Compañero, amigo, en tu mortaja no hubo dinero incinerado de gusanos, tampoco cheques en blancos para ser cobrados luego del inmaculado evento.
Dejó de latir su carne florida envejecida de pétalos, en la cristiana cama de su vivienda, sin ventana corrupta de olvido. Empañetado su hogar con sudor y olivo, ubicado en el tímido sector capitalino de Manganagua. Nunca se mudó del Sol, hasta hoy. Siendo un joven, lucho y sacrifico la quietud de su familia por conseguirle al barrio el rostro del progreso/futuro. Pero, los piratas de algas marinas pudrieron con sus pezuñas, como de costumbre su sueño crepusculario.
Al igual encriptaron la almohada con paramos de ciénagas, las memorias del prócer y único líder, del difunto Partido Revolucionario Dominicano, José Francisco Peña Gómez.
En el inicio los hornos, luego de rejuvenecer la Dictadura de Rafael Leónidas Trujillo Molina, en el otro esqueleto en llama de Balaguer, en las décadas de los años 60/70/80…, aquel lúgubre pedazo de fango, habitado por inmigrantes de aquí y del otro lado del Masacre, ahí en ese intento pueblerino se vivía sediento de libertades. De vida inmaculada de perfil, a la coagulada sangre en su néctar cotidiano. ¡Pero Don Quintino Solano, no se rendía en su plegaria de muchedumbre, luchó y se preocupó siempre por abrigar a su vecindario empobrecido.
Ya por los años 70; Don Quintino Solano, fue el primer presidente de la Sociedad de Padres y Amigos de la escuela Aníbal Ponce, de Manganagua, quien participara en todas jornadas de luchas y movimientos de reconocimientos de apoyo barrial y comunitario, en comitivas de los profesores como: Maria Mercedes Rodríguez (Directora), Víctor Tomas Peña (Tomy).
Sonia Landa, Fernando de la Rosa, Danilo Correa,Willian Hernandez entre mucho más, de igual importancia. Con la finalidad de que la Secretaria de Estado de Educación, oficializara ese plantel de educación pública. Necesidad perentoria para la población infantil.
De igual manera fue mentor del surgimiento de la “Escuela Nueva Forma” antes Club Nueva Forma. Don Quintino, junto a los profesores Gabriel Luna,(Director), Rafael Vélez, Saturnino de Los Santos, Mayra Pérez, Hermógenes Montero, entre otros no menos valiosos para esa causa como primer centro educativo histórico enclavado en la espalda de la Ave. 27 de Febrero. Considerado como gran logro del movimiento renovador comunitario de ese difícil ayer.
Esa era la caricatura del otrora Manganagua, no tenía calles definidas, sino apenas trillos, callejones, y en su vientre “La Chorrera”. Entre penumbras charcas,caminaban hurones, y lagartos lenguas largas del fraude, como otros tipos de ratas y cocodrilos del régimen de esa época. ¡Pero la lucha continuaba por un espacio digno, donde pernotar!
En ese trozo de romántico espacio republicano, cayeron muchos mangos que dejaron su color/sabor en la garganta de las pólvoras. Pero, Don Quintino Solano nunca se oculto, fue siempre un inquieto, líder comunitario/compañero. La brasa/base del “Jacho Prendió”, él se unifico e íntegro a resolver los tenebrosos gritos de la gente que ahí mal Vivian.
Don Quintino, fue de los primeros miembros, dirigentes zonales del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), en esa región política. Siempre fue fiel a su manera solidaria de pensar por una Patria de todo
Con el perfil de estas pléyades de hombres y mujeres de la Patria, a fuerza de riesgos y persecuciones antidemocráticas, levantaron el farallón civilizado de esa naciente alfarera barriada.
Desde esa esquina republicana; se destacaron como caballos de Troya: Don Quintino Solano, Virgilio Pichardo (El Chino), Alfonso Gómez, Salín Ogando, Porfirio Núñez, Marina Soriano, Manuel Montes de Oca, Gabriel Luna (Cabelo), Miguel Hernández, María Agustina Gómez (Makuky), Martin Morel, Silvia García, Danilo Villa,
Pascual García, Marcelino Burgos, entre otras espadas del verso educativo democrático, todos (as) quienes eran partes fundamentales del otrora Partido Revolucionario Dominicano. Hoy enclaustrado en las garras del tradicional monstruo pecuniario del Pantano.
A esta hora, de las almendras, solo se lamentan de su muerte sus familiares y las verdecidas páginas escritas por él en el panteón de los inmortales.
En este espanto, acribillado de soledad política, no vimos figuras/personalidades, ni comitiva significativa de la organización política que don Quinito Solano, cargo entre sus brazos en momentos de represión y persecución fascista.
Como siempre, el cortejo fúnebre estuvo escoltado por las calles asfaltadas de su voz y vecinos discípulos de su adiós, así como relampagueantes estampas.
Y la nobleza firmes de comunitarios y compañeros de la base perforadas por la espera de mañana sin golondrinas.
Pero es que hay columnas de pinceladas e impetuosas que a pesar de este largo silencio; no se rendiden a la rigidez del tiempo
¡Que en paz descanse el Alma de Don Quintino Solano
Quien fuera un forjador de la moral política y un soldado sin botijas de la Patria
Por esa situación tu muerte no trascendió al espejo de los vivos
¡¡ Adiós,amigo del alma,compañero,Tan solo falto,el panegírico de una blanca flor de tu jardín!!
* Quien suscribe es periodista.
