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David Collado; humilló al encantador de miserias

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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“…La palabra y la ira humana es como una caldera rota en la que tocamos melodías para bailar los osos.

Cuando quisiéramos conmover a las estrellas, mas no al hacha de las lluvias. Gustave Flaubert;Madame Bovary.

 

En esta época/tiempos difíciles como evocara Víctor Hugo, en su obra cumbre Los Miserables…

Y en uno de los párrafos de la novela de Gustave, donde de manera subliminal enfrenta una vanidad frustrada donde el látigo de la vida freno el lienzo roto de la avaricia.

Nuestro alcalde, David Collado mostró su corazón/alma noble.Pues, hace más de una centuria que los moradores de la política no disfrutaban de un joven funcionario edilicio de la paz y confraternidad en defensa de los intereses de los humildes,de sus gobernados en el umbral de un gobierno local de carne y hueso,pero también de espíritu solidario con sus semejantes en momentos de apuro/penuria.

Desde Agosto de 2016, la ciudad de Santo Domingo, aprendió a reír y bailar en la piel de un malecón compartido.Donde refleja la capital dominicana su límpida dentadura en cada contene de su antiguo laberinto.

La familia del Distrito Nacional, hoy podemos tomar cristalina agua en las palmas de las manos de cualquier esquina de nuestros barrios y cañadas.

Sin temor a pecar algunas enfermedades del antiguo panegírico edilicio. Porque a pesar de la crisis en el deposito de Duquesa,planificada y ejecutada por quienes controlan/dueños de la compañía que usurpa ese poder de propiedad e inyecta en el cuerpo famélico de los municipales de esta sociedad y comunidad dominicana. el veneno de humareda/pandemia del saqueo.

Aun así, David Collado, ha logrado mantener una higiénica calidad de vida de quienes somos inquilinos de esta alborada infectadas de antiguos volcanes

Los militantes de la vida, ahora nos sentimos seguros, como en esa obra cumbre, de Madame Bovery, enajenada en un mundo ilusorio, amaba tanto, sin sed en su realidad que no disfruto de lo que pensaba amar.

Sino de lo que realmente fue su vida. Hoy, nosotros tenemos un amorío ilusorio con la alcaldía del Ayuntamiento del Distrito Nacional, (A.D.N).

En verdad, hace un gran tiempo canoso que el pueblo deseaba; un orificio de vida,pero envejecidos políticos profesionales en el chantaje traficaban con el hambre y basura de siglos inclinados en el portafolio de juntas electorales enmascaradas de payasos.

Recientemente un huracán, Irma, amenazaba con una fortaleza /furia jamás vista en ojo desamparados caribeños, con incinerar en aguas y vientos a una isla con discípulas en las huellas de sus miedos empapados de refugios centenarios.Y abandonados en cloacas de varillas-Lodo sepulcral; por todo el Almanaque Bristol

Resulta, que el joven síndico de la primera ciudad del nuevo mundo, se confundía entre las ramas del miedo y esperanza donde viven seres humanos enclaustrados en una democracia asaltada por otros huracanes del sudor.

Pero, qué bueno, David Collado viene demostrando que solo tiene compromiso con la vida de esta nueva Jerusalén. Sin manipulación satánica como antes del diluvio….Tan solo con su pueblo humilde que lo llevo entre sus llagas a la glorieta del Sol.

David Collado se preocupó por ese pedazo de humanidad que solo tiene que perder su clásico y necesario ajuares, no así su alma, se sintió apoyada protegida por el síndico de la capital, que se mojó hasta los lentes, con la finalidad de salvar y solidarizarse con sus vecinos

Único alcalde que se perdía en callejones,patios y lodos, con miras a llevar esas pobres gentes a lugares seguros donde las delicadas y temibles uñas de Irma no alcanzaran las arrugas su piel.

Ahora estamos otra vez amenazados por otro huracán, doña, María, no la madre inmaculada de Jesús, y observamos otra vez al joven alcalde David Collado, angustiado por la novedosa situación de quienes habitamos una ciudad respaldada por su síndico

Las diferentes juntas de vecinos de la democracia capitalina, entienden que el actual alcalde del Distrito Nacional, gobierna para todas las familias inquilinas de esta área citadina, sin color partidario en su programa de gobierno municipal

Antes, se tenía las ideas y vivencias de que la sindicatura era un malecón del dolo, y que solo servía para recoger la basura cuando se podría en la nariz de la bandera nacional. Y que el alcalde era un ser humano semejante al hombre lobo. Por eso el lenguaje humano a veces, es como una caldera rota. Donde los sordos somos los de abajo. Con la llegada de David Collado, al Palacio Municipal, eso quedo abolido. Gracias mi Dios…

Quien suscribe es periodista*

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