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De nuestro cuaderno bitácora

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Observando el juicio y coerción impuesta a los imputados de sobornos de Odebrecht, nos motiva abrir el cuaderno bitácora y entregar:

C´est le commencement de la fin: palabras de Talleyrand cuando los reveses de 1812 hacen presagiar el hundimiento del imperio. ¿Será el comienzo contra la corrupción e impunidad?

Nobleza obliga: Máxima del Duque de Lévis, que se usa para indicar que cada uno debe hacer honor a su cargo y a su reputación.

¡Qué tiempos! ¡Qué tiempos! Exclamación con que Cicerón lamenta la perversidad de sus contemporáneos en sus Catilinarias.

Quosquem Tendem: Primeras palabras del discurso de Cicerón contra Catilina. Se utiliza para significar la duración del aguante de una situación insostenible.
Soy Hombre: Nada humano me es ajeno. Verso de Terencio. (Heautontimoramenos) 1,1,25 que expresa el sentimiento de la solidaridad humana.. la visita de los compañeros de partidos a los encarcelados.

Cuando las barbas de tu vecino vieres pelar, echa las tuyas a mojar: aconseja aprender lo que sucede a otros a fin de escarmentar y precaverse.
Comida hecha, compañía deshecha: reprende al que se aparta del amigo cuando ya no le es útil.

Cada palo aguante su vela: expresa que cada uno debe aguantar la parte que le corresponde en su responsabilidad o la consecuencia de sus propios actos.

Dar y tener seso ha menester: advierte contra los excesos.

Avaricia (o codicia) rompe el saco: enseña que muchas veces se frustra el logro de una ganancia moderada por el ansia de aspirar a otra mayor.

Buey suelto bien se lame: sobre lo apreciable que es la libertad.

La ambición, corrupción protegida por la impunidad es la caída en la degradación de la sociedad. Nos preguntamos ¿Es realmente el dinero tan importante, lo primero? Recuerdo la lectura del libro Moral-Arte de Vivir del sacerdote Juan Luis Lorda: “El dinero, desde luego, no es lo primero. Sería absurdo dedicarle la vida, sabiendo que la vida misma es un bien limitado. El dinero es un instrumento. Hay que saber para que se quiere, hay que saber cuándo se necesita, hay que saber lo que cuesta. Con estos datos podemos poner límite a la avaricia y dejar espacio y energía libre para dedicarse a los demás bienes importantes de esta vida: cultura, la religión, las relaciones humanas, la amistad, etc.

Los hombres sensatos pero pegados al suelo, acaban cometiendo el tremendo error de pensar que dedicarse a ganar dinero es lo único serio que se puede hacer en la vida. Amable lector que usted concibe? El sacerdote nos dice: El dinero no proporciona la paz del alma, ni el saber disfrutar de la belleza, ni la fuerza de la amistad, ni el calor del amor, ni las pequeñas delicias de una familia, ni el saber saborear las circunstancias sencillas y bonitas de cada día, ni el encuentro con Dios. No proporciona inteligencia ni conocimientos. No proporciona ni honradez, ni paz; no hace al hombre virtuoso, ni buen padre de familia, ni buen presidente, ni buen cristiano. Consérvense bueno.

El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.

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