La Habana.- El proceso del diagnóstico de un síndrome febril prolongado, más conocido como fiebre de origen desconocido (FOD), constituye uno de los problemas más complejos y difíciles que se enfrenta un clínico en su práctica diaria.
No se trata en su mayoría de enfermedades exóticas o raras, sino de dolencias comunes y frecuentes que por determinadas condiciones se expresan de esta forma, indicaron expertos durante un simposio sobre el tema, que tuvo lugar hoy en el XXIII Congreso Centroamericano y el Caribe de Medicina Interna (Amicac), en La Habana.
Cada día se reportan nuevas afecciones con este síndrome, por lo que lograr el diagnóstico causal se convierte en un gran dilema e incertidumbre para el médico y motivo de preocupación y ansiedad para el paciente y sus familiares.
Sin embargo, en la actualidad, gracias a las múltiples y nuevas técnicas desarrolladas, tanto en el campo de la imagenología como en los distintos laboratorios, se puede determinar el diagnóstico de una FOD en forma mucho más rápida.
Enfermedades que en décadas atrás resultaban difíciles de confirmar, hoy se diagnostican con mayor facilidad, explicaron.
Obesidad, hipertensión arterial, tromboembolismo pulmonar, ética en la práctica clínica, se incluyen en la agenda científica de Amicac, que transita este miércoles por su segunda jornada de trabajo.
La víspera, entre otros muchos temas, se habló sobre actualidad y futuro de las demencias, un problema que afecta en el mundo a 36 millones de personas, con 4.6 millones de nuevos casos anualmente.
Al respecto, Juan de J. Llibre, presidente de la Sociedad Cubana de Alzheimer, precisó que la demencia es la primera causa de discapacidad en adultos, y la mayor contribuyente de dependencia, sobrecarga económica y estrés psicológico en el cuidador.
Es una enfermedad que tiene una gran repercusión en la calidad de vida de los afectados y sus familias, así como también un elevado costo social, aseveró.
