París.- El primer aniversario del acceso al poder del presidente de Francia, François Hollande, y las críticas por los escasos resultados obtenidos por su administración marcaron la semana que finaliza.
El jefe de Estado ingresó al Palacio del Elíseo el 15 de mayo de 2012 impulsado, sobre todo, por las promesas de cambio que inclinaron a su favor el voto en las urnas frente a su predecesor, Nicolás Sarkozy, de la conservadora Unión por un Movimiento Popular.
Solo 12 meses después, sin embargo, el desencanto abarca a tres cuartas partes de la población debido al agravamiento de la situación en temas sensibles, como el desempleo, el costo de la vida y el crecimiento de la economía.
Si bien cuando Hollande ocupó el cargo el paro crecía desde 10 meses atrás, esa tendencia se mantuvo inalterable a lo largo del año y en la actualidad el fenómeno afecta a más de tres millones 220 mil personas en edad laboral, una cifra inédita en el país.
Los programas puestos en marcha para generar nuevos puestos, como «contrato de generación» y «empleos del futuro» no están dando los resultados esperados por la reticencia del sector privado y la persistencia de la crisis.
En el plano de la economía, el mismo día del primer aniversario del gobierno el instituto nacional de estadísticas informó que el país entró en etapa de recesión al acumular dos trimestres consecutivos de retroceso en el Producto Interno Bruto (PIB).
La entidad oficial también anunció una caída en el poder de compra de los hogares de 0,9 puntos, la mayor de los últimos años.
A pesar de la coyuntura adversa, durante una conferencia de prensa con motivo de la efeméride Hollande reiteró el mismo rumbo para su administración con el argumento de que, en un corto plazo, podrían comenzar a funcionar todas las medidas adoptadas.
Esa posición le valió una serie de críticas en todo el espectro político francés.
El conservador diario Le Fígaro señaló la existencia de un gran contraste entre una situación económica calificada por la mayoría como desastrosa y el optimismo mostrado por el mandatario en su intervención.
Pierre Laurent, secretario nacional del Partido Comunista Francés, denunció que con el país en plena recesión y en medio de una crisis de graves consecuencias, Hollande insiste en no mirar la realidad de frente.
Las advertencias no faltaron en el mismo campo del presidente y el diputado del gubernamental Partido Socialista, Jérôme Guedj, manifestó su inquietud por el anuncio de una reforma en el sistema de retiros y reclamó proteger la calidad de vida de los jubilados.
Si el primer año fue difícil, el segundo se anuncia complicado también porque el PIB seguirá deprimido según todos los pronósticos y en 2014 entran en vigor aumentos en el impuesto al consumo y el gobierno aplicará mayores recortes al gasto público.
