Entusiastas creadores y personalidades del cine en República Dominicana llegaron al 33 Festival del Nuevo Cine Latinoamericano con un ciclo de películas y una ley de cine con la que intentan situar a la hermana Quisqueya en el más selecto mapa cinematográfico.
Sonia Silvestre, diplomática y legendaria trovadora de la tierra de Máximo Gómez y la cubana Martica Díaz de la dirección del Festival habanero, tuvieron a su cargo la presentación de Ellis Pérez, director general de cine, Lorelay Castillo, subdirectora, José Manuel Castillo, embajador y Julieta Rodríguez, actriz, entre otros miembros de le delegación quisqueyana.
La Muestra, intitulada Ciclo de Cine Contemporáneo la integran, además, Peyi Guzmán, presidente de la Asociación Dominicana de Cineastas (ADOCINE), Leticia Tonos, Secretaria general de Adocine, Desiree Reyes, directora de Comunicaciones y Nuevos Negocios de la Productora Panamericana, y Omar de la Cruz, director del festival de Cine Dominicano.
Los filmes que podrán verse en La Habana son La hija natural, Tres al rescate, Trópico de sangre, La soga, Jean Gentil, Lotoman, Hermafroditas y Bosch, Presidente en la frontera imperial.
Los cineastas refirieron en sus palabras que la cinematografía dominicana se inició de forma tardía comparada con otros casos de la región, pero 111 años después de la aparición del cinematógrafo en el país, ya los productos nacionales son más valorados que los de Hollywood como el caso del éxito de la cinta Lotoman, que alcanzó las 675 mil entradas (más de doble de Avatar) y se convirtió en Puerto Rico en la película latina más taquillera de la historia.
Jean Gentil (2010) fue reconocida en diversos festivales, donde recogióm más de una docena de galardones y en el de Venecia, recibió una Mención especial del jurado.
Ellis Pérez aseveró que se trabaja en el importante rubro de la distribución, pues los grupos que actualmente trabajan en eso son difíciles de penetrar y poseen poderes hegemónicos en este importante campo de la postproducción.
El orador habló de los riesgos que se corren en la producción y cómo muchos productores lo fían todo a la comedia, con la cual pueden recobrar los costos y obtener ganancias.
Pérez explicó que ellos luchan por romper con ese monotema que convierte en folclórica la cinematografía y avanzan hacia una diversidad de géneros, porque como apuntó Desiree Reyes, al público dominicano le gusta que se vean reflejados en la gran pantalla sus propios asuntos y problemáticas.
Reyes, al igual que planteara el cineasta cubano Alfredo Guevara piensa que el cinematógrafo de la región debe crear su propia Celac (Comunidad Latinoamericana y del Caribe de Naciones), con vistas a proteger, estimular y defender su séptimo arte.
En cuanto al tema de las coproducciones expusieron como muestras de este tipo de trabajo, el documental sobre Máximo Gómez, El cacique Hatuey, La hija natural y una próxima producción con el director cubano Rigoberto López Pego.
Los cineastas opinan que las coproducciones se extienden al campo de la distribución y la creación de espacios en las salas de cine de las cinematografías de los países involucrados en los proyectos.
La historia de la cinematografía dominicana se inició sistemáticamente, 111 años después de la llegada del invento de los hermanos Lumiere al país, más tarde que en otros países, pero ahora avanza hacia una consolidación en su producción, estimulada por la promulgación de su ley de cine.
La ley 108-10, promulgada por el gobierno de Leonel Fernández, crea las condiciones para convertir al país en un destino de filmaciones, aprovechando la diversidad de sus hermosas locaciones y fomenta la actividad cinematográfica a través de la implementación de una serie de incentivos para la producción local y extranjera.
Los incentivos consisten en estímulo a la inversión, mediante exenciones al impuesto sobre la renta, el establecimiento de un crédito fiscal, estímulo a los exhibidores, a la creación de estudios cinematográficos, a los proveedores de servicios técnicos y a la producción.
Por último Ellis Pérez convocó al jubileo mundial de la actriz dominicana María Montez, la llamada “reina del technicolor”.
